María Teresa Moya – Profesora de meditación raja yoga mariateresamoya1@gmail.com
Arianne van Andel – Ecoteóloga, coordinadora de aiec1 Chile y docente de teología en la cte3 y el seminario metodista avanandel@otroscruces.org
Ana Castillo Reyes – Integrante de la fe bahá’í, participante aiec1 Chile, integrante del directorio adir2 Chile

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Atrio: Las religiones en la construcción de un mundo más ecológico y justo

DIÁLOGO ENTRE CREYENTES Y NO CREYENTES

María Teresa Moya 
PROFESORA DE MEDITACIÓN RAJA YOGA


DESDE 1992 ES PREOCUPACIÓN PERMANENTE
, para las distintas espiritualidades, el decaimiento del estado del medio ambiente como consecuencia de las acciones de las personas. Pensamos que las soluciones técnicas y políticas para enfrentar estos desafíos no son suficientes. Se necesita un cambio radical en los corazones y mentes de las personas para transformar nuestra conciencia. Deseamos que todos entiendan y actúen desde los valores universales en forma natural y espontánea para hacer de este mundo “nuestra casa”, un lugar limpio, sano, seguro y bonito, en el que los seres humanos y otras criaturas puedan vivir juntos en armonía. Este es el rol de la mayoría de las religiones que participan, al igual que nosotros, en alianzas interreligiosas.

Arianne van Andel 
Centro ECOTEÓLOGA, COORDINADORA DE AIEC1 CHILE Y DOCENTE DE TEOLOGÍA EN LA CTE3 Y EL SEMINARIO METODISTA

LA MANERA EN QUE HEMOS ORGANIZADO NUESTRA ECONOMÍA y sistema político tiene que ver con lo que más valoramos. Nuestra sociedad se ha organizado como un sistema que valora, por sobre todo, la propiedad privada, lo que resulta en la acumulación de riqueza para unos pocos y una explotación del planeta mucho más allá de sus límites naturales. El egoísmo y la avaricia, que se expresan en consumismo y una tremenda desigualdad, nos han llevado a una crisis múltiple que vemos reflejada en la destrucción de la naturaleza, el cambio climático y la pandemia. Las religiones son cosmovisiones que pueden ofrecer una construcción de nuestras vidas a partir de nuevas prioridades, y visualizar formas de vivir con base en la cooperación, la solidaridad, la justicia y el amor. Nos recuerdan que la vida es un don y que todo lo que es verdaderamente importante es gratuito, nos es dado: la vida, la naturaleza, la amistad, el amor. Todas las religiones y espiritualidades enseñan a cuidar la naturaleza y nos recuerdan nuestra finitud como seres humanos, que somos parte de la misma creación de Dios. Por la tremenda crisis ambiental y desde la consciencia de los límites de la sabiduría de cada tradición, necesitamos recurrir a una diversidad de cosmovisiones. Ninguna tiene la verdad absoluta. Es urgente juntarnos como religiones y tradiciones espirituales en un diálogo ecuménico e interreligioso, porque todos tenemos que ser parte de la imaginación de este otro mundo posible. En Chile estamos tratando de hacer eso en la Alianza Interreligiosa y Espiritual por el Clima.

Ana Castillo Reyes
INTEGRANTE DE LA FE BAHÁ’Í, PARTICIPANTE AIEC1 CHILE, INTEGRANTE DEL DIRECTORIO ADIR2 CHILE

A LO LARGO DE LA HISTORIA, la religión ha acompañado el desarrollo de la civilización, influyendo profundamente en la estructura de las relaciones sociales. En toda época ha cultivado el bien, ha dotado de espiritualidad y de sentido la existencia y, del fondo de sus consejos, el alma racional ha extraído los recursos necesarios para realizarse y superar los límites que el mundo nos impone. La religión ha sido la principal fuerza unificadora de diversos pueblos y ha brindado espacio para que las capacidades personales florezcan y encuentren expresión. En el momento actual de nuestro desarrollo como humanidad, la experiencia nos demuestra que el progreso material no puede encontrarse divorciado del progreso espiritual y ético: todo esfuerzo por hacer avanzar a la sociedad, aunque se refiera únicamente a las condiciones materiales, reposa en supuestos morales subyacentes, por lo que solo asegurando que el progreso material esté conectado conscientemente con el progreso espiritual, se podrán catalizar aquellas fuerzas constructivas que permitan transformarnos en fideicomisarios de los vastos recursos y la diversidad biológica del planeta, protegiendo la herencia de generaciones futuras y reconociendo en la naturaleza un reflejo de lo divino. Solamente una visión muy amplia de una sociedad global, apoyada por valores y principios universales, puede inspirar a los individuos a asumir la responsabilidad por el cuidado y protección a largo plazo del ambiente natural, y la rapidez y la facilidad con la que establezcamos un patrón de vida sostenible dependerá de cuán dispuestos estemos a transformarnos, por medio del amor de Dios, en fuerzas constructivas en el proceso de crear una civilización en continuo progreso.

Thanks-Giving Square, Dallas, Texas. En 1977, Philip Johnson diseñó una delicada capilla blanca en espiral para anclar un tranquilo oasis de tres acres en el corazón del centro de Dallas. La ornamentada estructura está coronada por la Glory Window, que consta de 73 paneles de vidrieras elaborados por el artista francés Gabriel Loire.

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