El Cercano Trabajo de Ricardo Krebs
Por Nicolás Cruz, Instituto de Historia UC
Ricardo Krebs fue profesor en la Facultad de Educación y luego en el Instituto de Historia durante toda su extensa vida académica. Fue además un importante historiador chileno —recibió el Premio Nacional de Historia en 1982—, y llegó a ser una de las personas que participó de manera activa en la formación y desarrollo de algunas de las áreas de la Universidad, como director del Instituto de Historia, decano en más de una facultad, y rector interino en el año 1970. Todo esto tuvo lugar en la Universidad Católica de la segunda mitad del siglo XX.
No quiero extenderme en sus cargos, publicaciones o cursos dictados, que se encuentran con facilidad en internet. Prefiero ocupar este breve espacio para representar a través de él a muchas figuras que incidieron en la forma que terminó por adoptar la UC, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de la investigación y la formación de un cuerpo de docentes contratados con jornada completa, posibilitando con esto un trabajo docente más cercano y conjunto con los estudiantes. Los resultados alcanzados en este plano fueron, en buena medida, producto de la labor de esa generación universitaria.
«El profesor conduce una clase y hace participar en ella a sus alumnos» (Krebs, circa 1976); «El investigador invita a trabajar a los ayudantes en su investigación» (1981). En los últimos veinte años de su trabajo universitario, Ricardo Krebs consagró mucho tiempo a la formación de jóvenes historiadores a través de su docencia—excelente en la sala de clase, muchas horas de conversación fuera de ella; lectura y comentario de textos y desarrollo de la amistad—, y también por medio del trabajo extenso de la investigación, desarrollando seminarios anuales que, al menos en un caso, llegó a terminar en un libro conjunto, y llegando a incorporar a un joven tesista de pregrado en una publicación de largo aliento como la historia de la UC. Pocas palabras, solo unas pocas, para recordar que nosotros, los de hoy, descansamos sobre las amplias espaldas de nuestros antecesores.