Encíclica Caritas in Veritate,
Desarrollo, Caridad y Verdad
¿Cómo pesar las palabras de una encíclica densa y amplia en contenido como lo es Caritas in Veritate? Un indicador de los énfasis es, ciertamente, la recurrencia de un concepto. Pero ella debe ser ponderada en el marco de una constelación conceptual. Es en la trama argumental donde se muestra la fuerza y sentido de las palabras. De ahí que pueda resultar curioso que entre las palabras más frecuentes no estén aquellas que conforman el título de la encíclica: caridad y verdad. Ambas son cuantitativamente precedidas por la categoría “desarrollo”, categoría que habla del foco del discernimiento ético- teológico que ofrece Benedicto XVI, quien, revisitando la propuesta de Pablo VI del desarrollo humano integral como imperativo de los tiempos, la actualiza de cara a nuestros días: época de crisis financiero-económica y de globalización, de complejidad social y de crisis del Estado de Bienestar, de aumento del crecimiento económico concomitante con nuevas formas de exclusión social. Analógicamente, se podría decir que caridad en la verdad y desarrollo vendrían a ser como los dos centros de una elipse argumental de naturaleza ético-teológica. La primera viene a ser la condición de posibilidad de la segunda en cuanto constituye una clave imprescindible para “interpretar y orientar las responsabilidades morales” (CV n.2) que el desarrollo exige en sus diversos ámbitos: social, jurídico, cultural, político y económico. Una caridad no reducida a un mero sentimentalismo ni mutilada en su “horizonte humano y universal” (CV n.3); una caridad en la verdad rectamente entendida es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo “en una sociedad en vías de globalización” (CV n.6).