A propósito de la iniciativa del capitalismo inclusivo, creada por el papa Francisco en 2019, ha quedado en evidencia que los principios y herramientas de la sostenibilidad corporativa se anidan en y se nutren de los valores con que, desde hace más de un siglo, nos ha venido iluminando la Doctrina Social de la Iglesia.
Diálogo entre fe y razón para la empresa
La introducción a la encíclica Fides et ratio, de Juan Pablo II, releva la fecundi- dad del diálogo entre razón y fe cuando señala que “la fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”1. Producto de su convergencia, fe y razón generan una potente sinergia que nutre de sentido y da esperanza a la comunidad humana2.
El capitalismo inclusivo releva el potencial creador y de generación abundante de bienestar de la empresa, como contraposición a la dura realidad de muchos hermanos que son descartados.
Con motivo de la iniciativa del capitalismo inclusivo (2019), se ha revelado una concordancia —subordinada, según veremos— entre la sostenibilidad corporativa y la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Esta convergencia permite, por una parte, darles un sentido más profundo a las nuevas formas de gestión corporativa y, por otra, tener esperanza en que la empresa, puesta al servicio de las personas y con un claro sentido de propósito, contribuye a enfrentar y solucionar los grandes desafíos sociales, ambientales y económicos que hoy tiene la humanidad, y que el papa Francisco ha expuesto de manera palmaria en Laudato si’ y Fratelli tutti.
Pero la responsabilidad de hacer empresa bajo los preceptos de la sostenibilidad corporativa tiene raíces aún más profundas que el muy noble propósito de solucionar desafíos de la sociedad y del planeta. En el marco generoso que ofrece la DSI, la actividad empresarial es una vocación, porque tiene el trabajo de continuar la obra del Dios creador. Porque Dios creó el árbol, pero alguien lo transforma en una silla. Porque Dios creó el sol, pero alguien lo convierte en energía. Ese alguien es la empresa3.
La iniciativa del capitalismo inclusivo
A finales de 2019, el papa Francisco anunció una alianza, celebrada con diversos líderes de empresas multinacionales, llamada Consejo para un Capitalismo Inclusivo, basado en “la necesidad de contar con modelos económicos más inclusivos y equitativos, que permitan a cada persona compartir los recursos de este mundo, y poder realizar su potencial”4.
Así, el capitalismo inclusivo releva el potencial creador y de generación abundante de bienestar de la empresa, como contraposición a la dura realidad de muchos hermanos que son descartados. No se trata solo de hacer cosas diferentes, como cambiar lo que no se está haciendo bien, se trata más bien de hacerlas por un fin diferente, mayor, trascendente.
Se pretende transformar el capitalismo en “una herramienta más inclusiva para el bienestar humano integral”5. A fin de lograr aquello, el Consejo propone que las empresas se dirijan a crear valor a largo plazo para los distintos grupos de interés que las componen, guiándose por una serie de principios rectores: la confiabilidad, la justicia, la responsabilidad, el dinamismo y la sostenibilidad.
Así, el capitalismo inclusivo da una nueva altura a la manera en que se ve el capital y los deberes que conlleva el privilegio de su obtención y acumulación, porque, de acuerdo con la carta Centesimus annus (capítulo IV) y la DSI, la empresa que maneja este capital debe considerar la dimensión humana (como comunidad de personas que trabajan con un fin común), es decir, que este grupo de personas obtenga lo suficiente para vivir con dignidad y que lo haga por vía de una actividad que se pone al servicio de toda la sociedad, a través de la mejora del bien común.
Herramientas de la sostenibilidad corporativa
Desde que en 1987 la Comisión Brundtland acuñara el concepto de “desarrollo sostenible”6, diversas han sido las iniciativas para establecer un sistema de gobernanza empresarial que, mediante la adecuada identificación y gestión de los impactos ambientales, sociales y económicos, pueda alinear los objetivos empresariales con los del bien común.
Desde entonces, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), la Academia Británica, las Naciones Unidas, las escuelas de negocios y derecho de diversas universidades, como las de Oxford, Harvard, UC Berkeley, y numerosas organizaciones privadas, como la Organización Mundial de Normalización (ISO), el Global Reporting Initiative (GRI) o el Sustainability Accounting Standards Board (SASB) han ido desarrollando los instrumentos de la sostenibilidad corporativa para que las empresas puedan contribuir, de manera mensurable y efectiva, al desarrollo sostenible. De dichos aportes se desprende que la sostenibilidad corporativa es un enfoque empresarial que busca generar valor en el largo plazo para los accionistas y grupos de interés, mediante la identificación, buena gestión y adecuado balance de los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG o ESG, por sus siglas en inglés).
En todo el mundo ha crecido la conciencia de una asimetría de privilegios y una dignidad comprometida por algunas actividades empresariales, las que han causado impactos y dolor7. Las sociedades de diverso credo y opción política han asumido posiciones críticas hacia la empresa, en la que no han visto un compromiso real por el bien común. Y así, han presionado por la implementación de esquemas y herramientas que permitan ir sentando nuevas bases de confianza entre la comunidad y la empresa.
A pesar de dichas críticas, es preciso reconocer que la universalidad de los valores que ofrece la DSI y un nuevo capitalismo inclusivo, con las herramientas concretas de la sostenibilidad corporativa —que se describen en la tabla 1, se anidan en la DSI—, son creíbles, porque ponen a la persona al centro del afán8.
Relación entre la sostenibilidad, el capitalismo inclusivo y la DSI
Como se sabe, la DSI constituye un aporte a la sociedad humana, entre otros fines, para buscar el “nivel fundante de las motivaciones”9, para establecer formas de gobernanza que constituyan un auténtico “nivel directivo de las normas de la vida social”10 y, finalmente, para promover una reflexión “deliberativa de la conciencia, llamada a mediar las normas objetivas y generales en las situaciones sociales concretas y particulares”, tal como lo expresa el Compendio de la DSI11 (en adelante, “Compendio”, §73), todo lo cual debe ser considerado para definir los fines y medios de las operaciones de la empresa moderna.
Existe evidencia para afirmar que las empresas que materializan su vocación creadora en las herramientas de la sostenibilidad corporativa —propósito, debida diligencia, materialidad, nuevo trato con los grupos de interés, cultura cívica y hacer con ética e integridad, entre otros factores— son aquellas que están generando mayor valor en el largo plazo para inversionistas
Para poder implementar la DSI —que busca, precisamente, “orientar la conducta de las personas”12—, mediante los instrumentos de la sostenibilidad, debemos superar los paradigmas puramente tecnocráticos que, priorizando como fin último la maximización de utilidades, han diluido la finalidad auténticamente humana y de vocación profunda que ha de tener la empresa.
La buena noticia es que existe evidencia para afirmar que las empresas que materializan su vocación creadora en las herramientas de la sostenibilidad corporativa —propósito, debida diligencia, materialidad, nuevo trato con los grupos de interés, cultura cívica y hacer con ética e integridad, entre otros factores— son aquellas que están generando mayor valor en el largo plazo para inversionistas, tal como lo ha demostrado Robert Eccles en un estudio que, analizando más de 180 empresas, concluyó que las empresas de alta sostenibilidad superaron significativamente a sus contrapartes a largo plazo, tanto en términos de rendimiento bursátil como contable13.
Conclusiones
Junto con dar una nueva lectura al propósito de la empresa y de la gestión empresarial14, el capitalismo inclusivo representa una oportunidad para aplicar los postulados de la DSI mediante las herramientas concretas de la sostenibilidad corporativa. Al converger en sentido y métodos, la doctrina social guía la visión y estrategia corporativa, dándole a la empresa un claro sentido de propósito y de legitimidad frente a la ciudadanía.
Notas
- Juan Pablo II, Fides et ratio, 1998.
- Agustín sintetiza la unidad entre creer y pensar como “todo creyente piensa, creyendo piensa y pensando cree” (cogitat omnis qui credit, creciendo cogitat, et cogitando credit).
- Pontificio Consejo Justicia y Paz, La vocación del líder empresarial: una reflexión, 2012.
- Papa Francisco, Discurso del santo padre Francisco al Consejo para un Capitalismo Inclusivo, 2019.
- Ibídem.
- Comisión Brundtland, Informe “Nuestro futuro común”, 1987
- El Pontificio Consejo Justicia y Paz, en su documento “La vocación del líder empresarial” (2012), llama a no dejar de reconocer que también ha habido escándalos “especialmente dolorosos” de empresas y empresarios. De acuerdo con la carta encíclica Caritas in veritate (2009), ha habido líderes empresariales cristianos que “han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión”.
- El corazón designa la interioridad espiritual del hombre, es decir, cuanto lo distingue de cualquier otra criatura: Dios “ha hecho todas las cosas apropiadas a su tiempo; también ha puesto el afán en sus corazones” (DSI, 114).
- Pablo VI, Carta apostólica Octogesima adveniens. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 1971.
- La Doctrina Social refleja los tres niveles de la enseñanza teológica moral. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.
- Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Disponible en: https://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_ justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html.
- Juan Pablo II, Carta encíclica Sollicitudo rei socialis, 1987. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.
- Eccles, R. G., Ioannou, I. y Serafeim, G., “The Impact of Corporate Sustainability on Organizational Processes and Perfor-mance”, Management Science 60, N° 11, 2014, pp. 2835-2857. Para mayor evidencia, véase Edmans, A., Grow the Pie: How Great Companies Deliver Both Purpose and Profit – Updated and Revised. Cambridge University Press, 2021.
- Proyecto financiado por el XVIII Concurso de Investigación y Creación para Académicos, organizado por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.