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De Benedicto a Francisco

Ser sucesor no significa ser una fotocopia de quienes te anteceden. Significa dar cierta continuidad con un estilo propio, “como yo, con mis padres o con mi hermano”. Este es el mensaje central del libro de Javier Martínez-Brocal El sucesor, publicado recientemente por Editorial Planeta y que nace como resultado de una larga entrevista entre el periodista español, corresponsal del diario ABC de Madrid en Roma, y el Papa Francisco en su residencia en Santa Marta. Javier habló para la Revista Diálogos sobre el desafío que fue proponerle al Pontífice esta reunión, la cual aceptó inmediatamente para luego proceder a la escritura y edición de su más reciente libro.

“Entre ellos (Francisco y Benedicto) hay diferencia, pero no hay oposición. Que tengan prioridades distintas no significa que sean enemigos. Eso fue lo más bonito que me encontré durante el proceso de redacción del libro”. Y comenta cómo hubo entre ambos, siendo cardenales y luego pontífices “una gran cordialidad”, así como “una relación de lealtad”.

Foto por Cristian Gennari

El buen humor de Benedicto
Martínez-Brocal vive en Roma desde 2003 y conoció personalmente a Benedicto XVI, recuerda de él su ternura y cercanía: “Aunque era un hombre tímido tenía una alegría que los periodistas no supimos transmitir”, reconoció el autor. También Francisco le comentó que gozaba de un muy buen sentido del humor: “Contaba chistes, nunca me trató con prisa ni con frialdad”, compartió con Javier.

En su libro trae a colación el discurso de despedida que Benedicto dio a los cardenales el 28 de febrero de 2013, antes de dejar la sede de Pedro: “Entre vosotros, entre el Colegio Cardenalicio, está también el futuro Papa, a quien ya hoy prometo mi incondicional reverencia y obediencia”. Francisco asegura que esta frase “la cumplió hasta el último minuto” y para Javier “este fue el momento más solemne de la entrevista”.

“Había gente que pensaba que Benedicto era, de alguna forma, el garante del pontificado, que era el que decidía lo estaba bien y lo que no”, comentó el periodista. “Sin embargo, nunca se consideró tal. Fue un hombre al servicio de la Iglesia. Vivía en el monasterio Mater Ecclesiae para servir con su oración y su presencia al Papa, al sucesor de Pedro”, aunque es verdad que muchos sectores de la sociedad y de la Iglesia le pidieron a Benedicto que levantara la voz, que se opusiera Francisco, especialmente cuando ofrecía algunas declaraciones que podían ser interpretadas como ambiguas o liberales.

Detalles cotidianos de Francisco
Si bien la prensa ha destacado en muchas ocasiones el lado humano de Francisco —quien llama a cancelar la cita con el odontólogo, o va solo a la óptica para cambiarse los lentes—, Javier destacó varios detalles de cercanía que lo sorprendieron aún más. “El primero fue que aceptase hablar conmigo”, aseguró. El Papa le dijo: “Aquí tienes, con las puertas abiertas, pero vienes con las manos vacías. No quiero regalos”. Sin embargo, dado el calor que hacía en el momento de la entrevista (verano de 2023), Javier vio conveniente llevarle algo sencillo y muy apropiado para la época: “un helado y él lo apreció mucho”. Durante esta larga charla, Francisco le dijo que, en medio de las divisiones que vive la sociedad y la Iglesia, un libro que le ha ayudado mucho a tener visiones conciliadoras ha sido El contraste de Romano Guardini. Lo invitó a conocer su biblioteca personal, tomó una copia de la obra mencionada y se la prestó. “Yo se lo devuelvo”, le aseguró el periodista sorprendido. “Es un libro fantástico y fue un gesto de confianza hacia mí”, compartió Martínez-Brocal.

A Benedicto, en cambio, lo llama “el gran incomprendido” por haber sido un Papa “de una gran riqueza. Tú ves sus textos y siguen siendo actuales. Temo que era tal esa profundidad que nosotros (los periodistas) la mirábamos con hostilidad. Quizás por pereza mental impedimos a la gente conocer la riqueza del pensamiento de Benedicto y su apertura”, admitió Javier, agregando que a veces el periodismo parece mostrar la realidad como una película de Hollywood: “donde siempre hay un malo y un bueno. Entonces se presentó a Benedicto contra Francisco, al Papa contra la Curia, a Benedicto contra los de dentro”. Pero estar cerca de ambos pontífices le permitió ver que “la realidad es mucho más rica que esa simplificación”, la cual “ha impedido ver la riqueza de Benedicto, quien, por ejemplo, fue el primer Papa que se reunió con víctimas de abuso sexual dentro de la Iglesia, habló en los grandes foros de Europa y en el Parlamento inglés, un hombre capaz de dialogar con los intelectuales de su tiempo, abierto a responder preguntas”.

De Francisco, el autor también destacó “la delicadeza con la que reza” y cómo ha rescatado elementos de la tradición de la Iglesia como “los añadidos de San José en el texto del canon de la Misa o las nuevas letanías que ha agregado a la Virgen, consuelo de los migrantes”.

El mensaje de El Sucesor es claro. Un vaticanista con más de 20 años de experiencia nos muestra a Francisco no solo como el sucesor legítimo de Benedicto XVI sino de Pedro, el primer Papa. La continuidad y lealtad de ambos pontífices le recuerda a la Iglesia y a sus fieles que, “la polarización mal afrontada es ciega e impide construir”. Benedicto y Francisco, en cambio, supieron aportar desde quienes son a los desafíos de su tiempo. Al primero lo definiría como “el Papa de la razón” y al segundo como “el Papa de la alegría”, concluye Martínez-Brocal.

Foto por Cristian Gennari

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