Exhortación Apostólica Amoris Laetitia,
Sobre el amor en familia
Parece obvio que una de las palabras más citadas de esta exhortación sea “familia”. Proviene de dos sínodos sobre la familia, en 2014 y 2015, y es un tema que a todos nos ocupa de manera urgente. Prueba de ello es que la palabra “familia” tiene mucha mayor frecuencia que “paz”, “guerra” o “desarrollo” en los buscadores de internet. En cambio, sorprende que la palabra “sociedad” sea menos citada que en Familaris Consortio (1981), de casi la mitad de extensión. ¿Ha olvidado el autor la relevancia social de la familia?
No parece olvido, sino una opción. El papa Francisco, que sabe tocar el corazón de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, apunta más bien al calor humano necesario para el crecimiento de las personas y la sociedad. Así se comprende que haya desplazado el centro de gravedad en la acogida a quienes viven irregularmente su matrimonio, desde la ley a la conciencia.
También el lenguaje para bajar el texto a la vida familiar es tan cercano como el de un sacerdote amigo. Por ejemplo, la fundamentación bíblica de la doctrina tradicional del matrimonio y la familia es a partir del salmo 128, como entrando a la casa del que “teme al Señor” y casi sentándose a su mesa para sentir con él.
Finalmente, dos claves de lectura: el mismo papa propone que no se lea de una vez, sino adentrándose en los capítulos que despierten más interés (AL 7), pues se trata de un collage de meditaciones bajo un solo título. La segunda clave, “ninguna familia es una realidad celestial y confeccionada de una vez para siempre [… lo que] nos impide juzgar con dureza a quienes viven en condiciones de mucha fragilidad” (AL 325).