El proyecto “Co-construcción de un modelo de vinculación entre la Pontificia Universidad Católica de Chile y sus profesores jubilados”1 busca generar una pauta de preparación para el retiro laboral de los académicos, que incluya una vinculación sostenible entre ellos y la universidad.
Entre fines de 2019 y parte de 2020, la sociedad chilena ha sido protagonista de un fenómeno sin precedentes, en el que millones de personas salieron a las calles para manifestarse y así demandar diversas mejoras a nivel país. En este contexto, las consignas con mayor acuerdo son las mejoras en el sistema educacional, mayor cobertura en el sistema de salud y la necesidad de reformar el sistema de pensiones.
Esta última demanda, ligada a la calidad de vida de las personas mayores, refleja un desafío que nuestro país arrastra hace años, y más ahora, dado que en las últimas décadas se ha producido un aumento significativo de este sector. Según la Casen 2017, en Chile hay 3.439.599 personas sobre 60 años y se pronostica que para 2050 el 25% de la población entrará en esta categoría. Mundialmente, el panorama es parecido: la ONU estima que para el mismo año una de cada seis personas será mayor de 65 años.
“El proceso de envejecimiento implica una adaptación física, social, psicológica y económica. Además de multidimensional, este fenómeno es heterogéneo, lo que lo vuelve una etapa de la vida en la que nuestro capital social —acumulado a lo largo de la vida— y nuestra adaptabilidad son cruciales para vivir esta etapa de mejor manera”, dice Macarena Rojas, directora del Programa Adulto Mayor UC y profesora miembro del Centro de Estudios de Vejez y Envejecimiento (CEVE UC).
Una de nuestras pocas certezas
Un hito que para muchos simboliza la transición a la etapa de la vejez es la jubilación. La manera como se enfrente este periodo tendrá directa relación con la capacidad de anticiparse a los cambios durante toda la vida laboral, de las oportunidades que entregue el entorno para vivir este proceso de forma gradual y no como una situación que irrumpa en la vida sin previo aviso. Es acá donde la dimensión económica, la seguridad social, los espacios de inclusión-participación y las políticas públicas cobran especial relevancia, pues los ingresos recibidos en la vida activa se reducen. De hecho, actualmente, las pensiones de vejez por edad y vejez anticipada en promedio son $259.000 mensuales2.
«El CoLab UC y el CEVE UC se embarcaron en la comprensión del proceso de jubilación en el contexto universitario, con el objetivo de generar un modelo de preparación para el retiro laboral de los académicos que incluya la vinculación entre la universidad y sus profesores jubilados de manera sostenible.»
Estos números influyen en la preparación del retiro laboral y en múltiples casos hace que las personas trabajen más allá de la edad indicada legalmente para su jubilación. Efectivamente, el 66% de este grupo sigue en la vida laboral por necesidad económica y un 55,1% declara que sus ingresos le alcanzan justo para satisfacer sus necesidades3. Este escenario obliga a reflexionar sobre la mejor manera de construir una sociedad inclusiva con todos los grupos etarios e invita a generar cambios profundos para poder entregar los recursos, herramientas y oportunidades necesarias para una buena calidad de vida, propiciando así una vida autónoma y digna de la población que envejece paulatinamente.
En este contexto, los académicos de la UC deben sortear, como todos, una serie de desafíos cuando la llegada del retiro laboral los obliga a desplegar todos sus recursos adaptativos, lo que implica una revisión de sus proyectos de vida. En consideración de aquello, el Laboratorio de Innovación Social UC (CoLab UC) y el CEVE UC se embarcaron en la comprensión del proceso de jubilación en el contexto universitario, con el objetivo de generar un modelo de preparación para el retiro laboral de los académicos que incluya la vinculación entre la universidad y sus profesores jubilados de manera sostenible.
¿Y si empezamos por casa?
Así nació el proyecto “Co-construcción de un modelo de vinculación entre la Pontificia Universidad Católica de Chile y sus profesores jubilados”, el cual buscó profundizar en el entendimiento de las necesidades y experiencias de los profesores retirados o próximos, al interior de la institución, y dar visibilidad a estos académicos como agentes de cambio, promoviendo su rol activo en el contexto universitario. A partir de este marco, se elaboró un modelo de desarrollo y gestión sostenible, acorde a las expectativas y necesidades de los académicos que están viviendo este proceso (ver figura N°1).
“A lo largo de los años, he observado que muchos académicos destacados de distintas facultades se alejan de la UC albergando algún resentimiento, como si hubieran sido ‘despedidos’ de una institución a la cual, en muchos casos, se han dedicado con mucha lealtad y espíritu de servicio”, opina un académico UC, quien además colaboró con una serie de propuestas que fueron acogidas por el modelo.
Como resultado de la investigación, se obtuvieron diversas visiones y aportes correspondientes a las distintas etapas del proceso de retiro, como también sobre el período previo. Así, se identificaron tres grandes etapas que hacen alusión a los períodos de la carrera académica: formación, madurez y retiro. Existe un consenso en la necesidad de generar un modelo que se focalice en la preparación del retiro, independientemente de la etapa de la carrera en que se encuentra el académico, lo que permitiría que se perciba como un proceso gradual y no una situación ante la cual la persona deba enfrentarse de manera abrupta.
La preparación para el retiro implica la anticipación de los cambios que trae consigo este proceso y es un aspecto transversal al modelo. “Hay una incertidumbre relacionada con jubilarse, la que muchas veces se traduce en angustia. Lo ideal sería anticiparse y un punto clave es el tema financiero y el aspecto psicológico. La UC podría ayudar en eso con diferentes mecanismos”, opina una docente retirada que actualmente sigue ligada a la UC. Generar un modelo que contribuya a anticipar y elaborar los cambios que se producen a consecuencia de la jubilación, constituye un aspecto preventivo ante un envejecimiento no saludable, ya que permitiría a la persona desarrollar y expresar todo su potencial, independientemente de la edad. Por el contrario, si no se logra desarrollar un dispositivo que permita esta preparación psíquica, social y económica, el retiro se presentará de manera abrupta, produciendo el sentimiento de ser “el pavo con menos plumas”, como señaló uno de los participantes.
En el eje horizontal del modelo (ver figura N°2) se destacan aspectos relevantes en cada periodo de la carrera académica. Con respecto al proceso de retiro, existen dos áreas fundamentales que deben ser abordadas. La primera de ellas dice relación con el tiempo, lo que indica la necesidad de generar los espacios necesarios para el término adecuado de las funciones por parte del académico.
El segundo aspecto abarca la forma en que se aborda el proceso de retiro por parte de la comunidad, principalmente por aquellos encargados de anunciar el inicio del proceso de retiro. Esto debe incluir un traspaso de información sobre los protocolos institucionales y otros aspectos atingentes al proceso, como el sistema de pensiones y modos de ahorro para la vejez.
En esta línea, creemos que se debe capacitar a las autoridades encargadas de informar sobre el proceso de retiro, otorgándoles las herramientas necesarias para apoyar al académico de la mejor forma posible. Esto conducirá hacia un procedimiento menos tenso e incierto, donde el académico se sienta acogido y valorado por la institución. Varios profesores en vías de retiro han sido autoridades a cargo de acompañar este proceso y conocen la dificultad para otorgar información certera y eficaz ante estas situaciones, en muchos casos por desconocimiento.
Así, a lo largo de este trabajo, fue posible constatar que la falta de espacios y tiempo de reflexión, sumado a los aspectos de forma y desconocimiento de los procesos institucionales, pueden tener consecuencias negativas en la persona que se retira: “Algunos profesores lo viven como una ofensa”, “es un desgarro emocional muy grande”, indican los académicos entrevistados.
Junto con ello, resulta clave dar respuesta a las inquietudes de los docentes que se encuentran viviendo la etapa de retiro. “He conversado con muchos profesores que están en vías de jubilar o ya están retirados. La verdad es que ronda la angustia de no tener nada que hacer y desaparecer de un lugar donde has estado por más de 40 años. Creo que como personas mayores aún tenemos mucho para aportar a la UC”, sostiene una académica que trabajó más de 30 años en la UC.
«Si no se logra desarrollar un dispositivo que permita esta preparación psíquica, social y económica, el retiro se presentará de manera abrupta, produciendo el sentimiento de ser “el pavo con menos plumas».»
A partir de estas inquietudes de los docentes, se formuló un conjunto de propuestas concretas. Estas se enmarcan en, al menos, dos dimensiones. En primer lugar, es importante la creación de espacios de vinculación entre los docentes jubilados y la comunidad UC, todo esto a través de métodos presenciales y virtuales. Ello permitiría que los académicos tengan la posibilidad de seguir desarrollando proyectos en vinculación con otros, favoreciendo así espacios para la difusión y discusión de ideas. Un ejemplo es aumentar su participación, mediante tareas presenciales y virtuales, en programas de educación continua o en diferentes facultades con un sistema de tutorías. Otra propuesta tiene que ver con la creación de sesiones de charlas magistrales, todas ellas dictadas por profesores jubilados, para así recoger su experiencia en los temas a tratar. Por último, se podría abrir espacios en los medios de comunicación UC, tanto físicos como digitales, para que los académicos publiquen columnas de opinión, sean objeto de entrevistas o colaboren de manera activa en la creación de contenidos.
La segunda dimensión en torno a propuestas concretas que solucionen las inquietudes de los profesores tiene relación con la apertura y el acceso a diferentes espacios de la UC, brindándoles un ambiente universitario en el cual puedan trabajar y compartir con pares y alumnos. Por ejemplo, accediendo a lugares de co-working para desarrollar proyectos e intercambiar ideas en un ambiente con características académicas que les sean familiares. En esta misma línea, se puede gestionar el acceso a beneficios universitarios, como las diferentes bibliotecas, acceso a salas de computación o la posibilidad de gestionar reuniones en espacios de la universidad.
En definitiva, el modelo propuesto acoge las necesidades e inquietudes asociadas al proceso de jubilación a fin de implementar distintas iniciativas que pueden ser prototipadas y testeadas en el contexto universitario. Es relevante señalar que la presente propuesta sugiere algunas ideas iniciales y no constituye un modelo cerrado, considerando fundamental la cocreación con todos los actores involucrados en el proceso de diseño e implementación de iniciativas.
Por otro lado, un aspecto a destacar como eje transversal al modelo propuesto es la promoción de una cultura inclusiva y positiva respecto del envejecimiento y la vejez dentro de la institución, fomentando la eliminación de prejuicios en torno a estos dos últimos conceptos y enfatizando el aporte que pueden hacer las personas mayores a la sociedad. Asimismo, esta cultura inclusiva debe considerar la heterogeneidad de este grupo etario y la subjetividad de cada persona perteneciente a la comunidad. En este aspecto, es fundamental que el programa de retiro sea personalizado y adecuado a la realidad de cada académico.
La UC tiene un rol importante en el diseño de procedimientos acordes a las necesidades de su cuerpo académico, los cuales posibiliten la preparación de su jubilación. En particular, en lo que refiere a la posibilidad de mantenerse cercana a su misión con aquellos docentes que quieren y pueden seguir vinculados de alguna u otra manera a la universidad. Rescatar la riqueza de la experiencia que poseen estos docentes es algo que aportaría a toda la comunidad UC en sus diferentes dimensiones.
Notas
- Proyecto financiado por el XIV Concurso de Investigación y Creación para Académicos, organizado por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile
- Informe Superintendencia de Pensiones
- Encuesta de Calidad de Vida en la Vejez 2016.