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Despedir a un angelito

La cultura popular responde a la muerte infantil con los versos por despedimento 1. Esta investigación2 descubre, en la estructura narrativa de estos, una red de relaciones solidarias que confieren un sustento sapiencial a la esperanza que surge de la fe. 

Los velorios de angelitos son de las expresiones de piedad popular más características y enigmáticas de las que se cultivan en nuestro país. Emparentada con la cultura rural campesina, este ritual celebra el fallecimiento de un niño cristiano que se considera bienaventurado, precisamente por el carácter prematuro de su partida. 

En el ritual confluyen diversos elementos, como rezos, cantos, comida, bebida y una ornamentación muy característica en que la criatura fallecida es tratada como una imagen de culto, representando un ángel. Entre estos elementos destacan los llamados versos por despedimento3, en los que la voz enunciativa del verso se articula como si fuera pronunciada por el propio difunto. Tal como lo sugiere su nombre, en estos versos, el angelito se despide de sus padres y familiares al final de la ceremonia, aportándole una enorme carga emotiva al rito. 

Estructura narrativa 

Un análisis semiótico4 de estos versos nos permite dilucidar sus mecanismos productores de sentido y así alcanzar una comprensión que vaya más allá de lo que se presenta en una lectura inmediata. En efecto, al aplicar este análisis, se descubre una estructura de relaciones recíprocamente solidarias entre quienes convergen en la trama urdida por estos versos. 

De este modo, además de la relación de mediación que se da entre el cantor5 y el angelito, se logra advertir el impacto que tienen otros agentes —los padrinos, espacios y objetos litúrgicos, y hasta el mismo ser divino— para que el infante logre pasar hacia la gloria celestial. Por ejemplo, los padrinos aparecen como figuras arquetípicas de la incorporación del menor a la comunidad cristiana, garantizando que, al momento en que acontece la muerte, el niño está libre del pecado original. 

Ahora bien, no se puede pasar por alto la figura de la madre, sobre la cual se concentran las principales expresiones emotivas. A ella se le invita a abandonar la tristeza ocasionada por la muerte de un hijo y cambiarla por la alegría que brota en la convicción de tener un angelito que la espera en el cielo. Efectivamente, las estructuras narrativas dan cuenta de la función que tienen estos versos como dispositivos de consuelo frente a la desolación que significa para una madre el ver morir a un hijo pequeño. 

La transformación del niño fallecido en angelito puede ser vista como un motivo de alegría para quienes lo acompañan durante el velorio. Esto no se explica únicamente por el destino feliz que se le atribuye, sino también por el efecto benéfico que implica para la comunidad su ingreso en la gloria de Dios: se espera que el angelito asuma un rol intercesor en favor de quienes lo acompañaron durante su vida. 

Red de relaciones solidarias 

Por consiguiente, este tipo de análisis, que penetra en las estructuras elementales que producen el sentido, hace florecer la red de relaciones mutuamente solidarias que caracterizan a los versos por despedimento. Se trata de una cuestión relevante para la recepción teológica de esta expresión cultural de la fe, precisamente, porque consiste en un verdadero fruto del Verbo; en otras palabras, demuestra una fe que no se acepta de manera pasiva y ajena, sino que se instala en el corazón de la cultura y desde allí es capaz de transformar la realidad personal. 

En consecuencia, esta investigación considera los versos por despedimento como expresión del momento primero del quehacer teológico. La metodología semiótica es fundamental para este propósito, ya que permite un acercamiento al objeto material de la investigación —los versos— a la luz de sus propias categorías culturales. De este modo, se puede superar aquel discurso normativo preocupado por evaluarlos en cuanto a su convergencia o divergencia en el discurso teológico sobre la muerte, para pasar a un encuentro de tipo dialógico que reconoce al sujeto histórico-colectivo6 —el interlocutor apropiado para construir una reflexión teológica—. 

Estos esfuerzos no representan ninguna novedad para el ejercicio de la teología, sino que se inscriben en la huella ya trazada por el magisterio latinoamericano y el actual pontificado de Francisco. Sin ir más lejos, el vicario de Cristo se ha referido a las expresiones de piedad popular como lugares teológicos (Evangelii gaudium, 126) y como una realidad que interpela al resto de la Iglesia[/efn_note]Papa Francisco, Carta del Santo Padre Francisco al pueblo de Dios que peregrina en Chile, 2018. [/efn_note]. 

Respuesta sapiencial frente a la muerte 

En síntesis, la sabiduría popular, fraguada en los versos por despedimento, nos enseña que la esperanza cristiana no puede sostenerse en un mero contenido cognitivo, sino que debe ser sustentada sobre relaciones recíprocamente solidarias al interior de una comunidad. Solo así se puede superar la dicotomía alienante que pretende ignorar el desconsuelo provocado por la pérdida de un ser querido so pretexto de la doctrina cristiana sobre las postrimerías. Vale más orientarse hacia el esfuerzo permanente, pero nunca solitario, por acoger la ambigüedad de la muerte bajo el signo de la esperanza cristiana. 

Notas

  1. Esta publicación contó con apoyo pecuniario de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), de la Subdirección de Capital Humano/Doctorado Nacional/2021-21210683
  2. Premio Cardenal Newman 2021, reconocimiento entregado por la Pastoral UC y la Vicerrectoría de Investigación al proyecto de tesis doctoral La muerte en los versos por angelitos. Aproximación teológico-cultural al discurso sobre la muerte humana en una expresión de piedad popular. Profesor guía: Dr. Fernando Verdugo R. 
  3. Los que, a su vez, forman parte de la expresión literaria musical denominada “canto a lo poeta”. Esta tradición campesina ha sido reconocida como patrimonio cultural inmaterial de Chile y se caracteriza por emplear, como soporte expresivo, la décima espinela, junto con un acompañamiento musical proporcionado por un guitarrón chileno o una guitarra traspuesta. Cf. Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, El canto a lo poeta: Cuaderno pedagógico de patrimonio cultural inmaterial, 2019.  
  4. Greimas, A. J., Semántica estructural: investigación metodológica, 1971. 
  5. Denominación técnica usada para referirse a quien cultiva el canto a lo poeta y que, por extensión, incluye también a quien interpreta los versos por despedimento
  6. En la cultura popular oral, a la cual pertenecen estos versos, la creación y preservación de los objetos culturales no puede atribuirse a un individuo ni a un grupo específico, sino que constituyen un acervo del pueblo en su conjunto. Véase Orellana, M., “El canto por angelito en la poesía popular chilena”, Mapocho 51, 2002, pp. 75-94. 

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