Sinopsis: A principios del siglo XX una ola de inmigrantes italianos y de otros países europeos llegó a Nueva York huyendo de la guerra. Aunque buscaban escapar de la pobreza, muchos de ellos encontraron allí hambre, desolación, enfermedades y muerte. Mientras tanto, la madre Francesca Severio Cabrini, fundadora de las Misioneras del Sagrado Corazón en Lombardía, Italia, soñaba con irse a Asia junto con sus hermanas de comunidad. Sus anhelos y las necesidades de sus compatriotas convergieron en una petición que le hizo el mismo papa León XIII de ir a Estados Unidos a socorrer a tantos inmigrantes que vivían, incluso, en condiciones inferiores a las mismas ratas de los suburbios.
Comentario: La historia de por sí da para que sea una buena trama. La situación desgarradora que viven tantos inmigrantes sensibiliza y sigue tristemente cobrando actualidad. El director logra que el espectador se enganche y se emocione con los ingredientes adicionales de las actuaciones profesionales, la buena musicalización (nada menos que con Bocelli) y una linda fotografía que ambienta muy bien a Italia y Estados Unidos de principios del siglo pasado.
El guion busca destacar en Francesca su capacidad innata de cuidar, custodiar, de vivir la maternidad espiritual y de defender hasta el cansancio a los más desfavorecidos en una cultura y un contexto en que la voz de la mujer era minusvalorada. Muestra el espíritu visionario de esta religiosa y fundadora, quien vivió entre 1850 y 1917 y supo ver, aun en delincuentes y ladrones, a hijos de Dios, personas con dignidad y con la capacidad de arrepentirse. Francesca desafió con su espíritu aguerrido —y con la gracia de Dios, aunque la película no lo visualiza— sus problemas de salud, tocó las puertas de personas influyentes, a costa de su propia reputación, buscando ablandarles el corazón y logró que otros vieran un drama infrahumano que no la dejaba indiferente.
La cinta muestra el lado dócil de la Madre Cabrini, capaz de cambiar sus planes, buenos en sí mismos, cuando el Papa le pidió irse a un lugar distinto al que ella anhelaba para misionar y atender a los más necesitados. Por todo esto Francesca Severio Cabrini se conoce como la primera santa estadounidense, pese a haber nacido fuera de estas tierras, pero quien fue ciudadana americana, trabajó y se santificó allí. La película tiene muchas de las características de Angel Studios, la misma productora de la célebre serie The chosen (Los elegidos), que demuestra que se puede hacer cine religioso profesional y de calidad —no es la típica película linda, inspiradora, pero hecha con bajo presupuesto y poco atractiva para el mercado—, deja ver el lado humano de los santos —personas comunes y corrientes que se abren a los designios de Dios en sus vidas, lo siguen con fidelidad y por eso tienen tanto que enseñarnos—, sus luchas personales y los momentos de oscuridad y tentación de los cuales nadie está exento.
Quizás hubiera sido bonito ver más esa faceta espiritual de la Madre Cabrini. Extrañé alguna escena de la santa rezando, hablando con Dios. También me choca un poco cuando los guionistas resaltan la santidad de una persona a costa de la cerrazón y dureza de quienes se oponen a sus obras, aunque es cierto que las Misioneras del Sagrado Corazón fueron recibidas por algunos en Estados Unidos con cierta hostilidad y escepticismo. Por lo demás, Cabrini es una película que merece ser vista, independientemente del credo del espectador. Vale la pena conocer la historia de esta mujer, muy querida en Estados Unidos —sus santuarios a lo largo y ancho de este país son muy concurridos— que recorrió Sudamérica y también pasó por Chile, en uno de los tantos viajes misioneros que realizó con su comunidad.
FICHA TÉCNICA:
Título original: Cabrini
Director: Alejandro Monteverde
País y año: Estados unidos, 2024.
Género: Histórico, biográfico y drama.
Duración: 145 minutos
Reparto: Cristiana Dell’Anna, David Morse, Romana Maggiora, Virginia Bocelli.
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Escucha la canción original de esta película Dare to be (Atreverse a ser) interpretada por Andrea y Virginia Bocelli