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Jaime Figueroa Hamed, profesor del Departamento de Ciencias Animales de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la UC | figueroa.jaime@uc.cl

Estefanía Corvalán, tesista de Pregrado de la Facultad de Agronomía de la UC | ebcorvalan@uc.cl · Daniela Frías, gerente de operaciones del Centro de Investigación de Cerdos (CICAP) | dfriasa@gmail.com

Fernanda Chandía, profesora de la Escuela de Nutrición de la UC | fechandia@uc.cl · Antonia Valenzuela, nutricionista de la Fundación Las Rosas | avalenzuela@flrosas.cl

Revista

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Anhedonia en personas mayores: afecciones en la percepción de placer

Cuando las personas mayores son abandonadas por sus familias o no realizan actividades que los mantengan activos, pueden disminuir su percepción de placer, lo cual estaría relacionado con la presencia de estrés crónico y reflejaría una problemática mayor que les impediría disfrutar de otras actividades placenteras en sus vidas.

El 16,2% de la población chilena son personas mayores, según el Instituto Nacional de Estadísticas1. Las situaciones de abandono, comunes en ese grupo, generarían cuadros de estrés crónico y depresión2, muchas veces acompañada de anhedonia —incapacidad para experimentar satisfacción frente a estímulos placenteros3—. La anhedonia puede alterar la percepción de los alimentos, especialmente si estos son apetecibles, como el azúcar común o sacarosa4. Estudios previos han descrito que humanos o modelos animales estresados no detectan ni prefieren el azúcar a bajas concentraciones, sin embargo, un aumento en su porcentaje de inclusión es descrita como placentera, aumentando el consumo a niveles mayores que en individuos no estresados5. No existe información sobre cómo el estrés crónico por abandono afecta la percepción del sabor dulce en personas mayores. Esta herramienta podría evidenciar el efecto de estresores en personas mayores en su conducta alimentaria, que presentan cuadros de anhedonia, con el fin de proponer soluciones que los integren en nuevos núcleos sociales de contención, apoyo y vinculación con su medio ambiente para mejorar su bienestar general y su capacidad de percibir placer en conductas adaptativas como la alimentación.

Indicadores de estrés

En el presente estudio6 participaron 42 personas mayores (32 mujeres y 10 hombres entre 78 y 84 años), residentes en cuatro hogares de la Fundación Las Rosas. Su tiempo promedio de permanencia en los hogares fue de entre 5,3 y 6,5 años, y todos ellos presentaban niveles adecuados de valencia, dependencia y cognición, según las pruebas de Katz, Barthel y Minimental. Se aplicó una encuesta a cada uno sobre el número y frecuencia de visitas de familiares y actividades realizadas en el hogar, y se clasificó la información de la siguiente manera:

• Dos o más visitas/actividades al mes: frecuencia alta.
• Menos de dos visitas/actividades: frecuencia baja.

Esta información permitió categorizar el grado de vinculación con el medio externo e interno del hogar respectivamente. Con posterioridad, se realizó el test de Monell7 para determinar la solución de azúcar común (sacarosa) más preferida de cada individuo, mediante una serie de pruebas de preferencia de dos vasos entre distintas concentraciones de azúcar diluida en agua.

En una segunda visita, se realizó el test de Schiffman8 para evaluar el umbral de percepción por el sabor dulce, también mediante soluciones de azúcar. Para esto se realizaron varias pruebas de preferencia de tres vasos —solo uno contenía sacarosa—, incrementando su concentración a medida que avanzaban las pruebas. Las personas mayores tuvieron que elegir cuál de dichos vasos contenía la solución diferente. Si un individuo acertaba en tres concentraciones consecutivas, la prueba llegaba a su término y la menor de esas concentraciones era descrita como su umbral de percepción, es decir, desde esa cantidad eran capaces de percibir el azúcar. Los resultados de las pruebas de Monell (preferencia) y de Shiffman (umbrales de percepción) por azúcar, se analizaron mediante Análisis de Varianza a través del programa estadístico SAS, teniendo en consideración la frecuencia de visitas de familiares, de actividades dentro del hogar y cuál hogar (1, 2, 3 o 4). Las diferencias entre las medias fueron consideradas significativas con valores de P9 menores o iguales a 0,05 y tendencias a diferir cuando el valor de P era menor o igual a 0,1.

Preferencia y umbrales de percepción

Las preferencias por sacarosa (figura Nº1a) no se vieron influenciadas por las visitas familiares (P=0,837) ni por el hogar (P=0,511), pero las personas mayores de hogares con menos de dos actividades al mes prefirieron soluciones más concentradas que quienes realizaron más actividades (P=0,05). Por otro lado, los resultados de los umbrales de percepción de sacarosa (figura Nº1b) se vieron afectados por la frecuencia de visitas familiares (P=0,037): a menor cantidad de visitas, mayor el umbral observado. El hogar también tuvo un efecto sobre los umbrales de percepción (P=0,034): el hogar 1 (psicogeriátrico) tendió a presentar mayores umbrales que el hogar 2 (P=0,069) y 3 (P=0,067). La frecuencia de actividades realizadas en el hogar afectó los umbrales de percepción de las personas mayores, en donde aquellos que presentaban una baja frecuencia de actividades, mostraron los mayores umbrales (P=0,048).

Anhedonia

Al igual que en estudios anteriores en seres humanos y modelos animales, las personas mayores pertenecientes a hogares de residencia permanente mostraron diferencias en sus preferencias y umbrales de detección de azúcar explicadas por variables que podrían ser indicadoras de estrés crónico, como la vinculación con su familia y el grado de vinculación que ellos tienen al interior del hogar. De esta manera, se observa un efecto bidireccional: quienes presentan anhedonia debido a estrés crónico tienen un bajo consumo o detección de soluciones diluidas y un elevado consumo de soluciones concentradas de sacarosa10.

«La frecuencia de actividades en el hogar pareciera tener una mayor relevancia en generar conductas anhedónicas al afectar tanto las preferencias por las soluciones de azúcar como sus umbrales de percepción».

Al comparar el efecto del número de visitas de familiares con el número de actividades realizadas dentro del hogar como variables que afectan la percepción por el azúcar, se puede observar que la frecuencia de actividades en el hogar pareciera tener una mayor relevancia en generar conductas anhedónicas al afectar tanto las preferencias por las soluciones de azúcar como sus umbrales de percepción. Esto se podría explicar debido a que las visitas de familiares son eventos esporádicos y producen cambios momentáneos en las emociones de los individuos e incluso, a pesar de ser descritas casi en un 100% como algo positivo por las mismas personas mayores, podrían generar frustración, pena y dolor cuando esas visitas se van11.

Por el contrario, el número de actividades reflejaría cómo las personas mayores logran vincularse con su nuevo entorno y sus pares, lo cual generaría cambios de emociones permanentes en el tiempo y sin el sentido de vacío tras el fin de las actividades, pues se realizan con alta frecuencia y sus compañeros no se van del hogar cuando estas terminan. Finalmente, existió una diferencia entre los hogares en cuanto a los umbrales de percepción por azúcar: en el hogar 1 tendieron a ser mayores que en el resto de hogares. Si bien las personas mayores que participaron en el estudio en ese hogar eran valentes y con adecuadas capacidades cognitivas, el estar en un ambiente con personas con patologías psiquiátricas provocaría que sus niveles de estrés estén incrementados, reflejándose en cambios de la percepción por fuentes apetecibles como el azúcar12.

Los resultados se condicen con estados de anhedonia en donde los individuos estresados necesitarían mayores recompensas para establecer conductas de consumo13. Las frecuencias de visitas de familiares y de actividades realizadas dentro del hogar, no solo determinan la interacción social de las personas mayores, sino que podrían ser fundamentales en la selección y consumo de determinados alimentos apetecibles al estar posiblemente ligados con cuadros de estrés crónico.

Entender cómo el abandono podría cambiar la percepción por fuentes placenteras como el azúcar en personas mayores podría guiar hacia políticas de protección social y emocional a nivel de hogares y de Estado, además de generar conciencia sobre la importancia de incluirlos como parte fundamental del núcleo familiar hasta el fin de su ciclo de vida. Es necesario que nuevos estudios indaguen en estrategias de vinculación de las personas mayores con su entorno mediante actividades que sean significativas según el devenir particular de cada individuo, buscando soluciones aplicadas a la realidad nacional en los ámbitos del estrés y nutrición.

Notas

  1. Instituto Nacional de Estadísticas, Estadísticas demográficas y vitales de Chile, 2017. Disponible en http://www.ine.cl/estadisticas/demograficas-y-vitales> (consultado el 27 de noviembre de 2017).
  2. Yaka, E. et al., “Prevalence and risk factors of depression among community dwelling elderly”, en Archives of Gerontology and Geriatrics 59, 2014, pp. 150-154.
  3. Willner, P., “The chronic mild stress procedure as an animal model of depression: valid, reasonably reliable, and useful”, en Psychopharmacol 134, 1997, pp. 371-377.
  4. Der-Avakian, A. y Markou, A., ”The neurobiology of anhedonia and other reward-related deficits”, en Cell 35, 2012, pp. 68-77.
  5. Manian, J. y Morris, M. “The link between stress and feeding behaviour”, en Neuropharmacology 63, 2012, pp. 97-110.
  6. Proyecto financiado por el XV Concurso de Investigación y Creación para Académicos, organizado por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
  7. Menella, J. A. et al., “Evaluation of the Monell forced-choice, paired-comparison tracking procedure for determining sweet taste preferences across the lifespan”, en Chem senses 36, 2011, pp. 345-355.
  8. Schiffman, S. S. et al., “Taste of glutamate salts in young and elderly subjects: role of inosine 5′-monophosphate and ions”, en Physiology & Behavior 49, 1991, pp. 843-854.
  9. El valor P es un valor estadístico relacionado con la probabilidad de que las diferencias encontradas tras la comparación entre dos medias poblacionales no se deban al azar, sino al factor que se está estudiando. Valores de P menores a 0,05 se suelen interpretar para describir diferencias significativas entre entre medias poblacionales.
  10. Maniam, J. y Morris, M. “The link between stress and feeding behavior”, en Neuropharmacology 63, 2012, pp. 97–110.
  11. Björkqvist, K., “Social defeat as a stressor in humans”, en Physiology & Behavior 73(3), 2001, pp. 435-442.
  12. Kessler, R. C., “The effects of stressful life events on depression”, en Annual Review of Psychology 48, 1997, pp. 191-214.
  13. Willner, P. “The chronic mild stress procedure as an animal model of depression: valid, reasonably reliable, and useful”, en Psychopharmacol 134, 1997, pp. 371–377.

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