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Diversidad cultural que favorece la creencia individual

Es importante entender el rol que juegan las instituciones religiosas en la inserción de la población migrante porque proveen servicios espirituales y sociales que otros organismos, como el Registro Civil, los hospitales o escuelas, no dan. Es interesante indagar en las motivaciones de los inmigrantes por acercarse y participar en comunidades religiosas.

Esta investigación 1 se desarrolló mediante observaciones participantes de los servicios religiosos y las actividades comunitarias de dos iglesias que acogen inmigrantes: la Parroquia Latinoamericana, situada en el Instituto Católico para las Migraciones (INCAMI), en Providencia, y la pastoral de la Parroquia Santa Cruz, en Estación Central. Tuvo un enfoque cualitativo y el tema fue la organización de estas congregaciones y las prácticas de sus feligreses. Se entrevistaron 20 y 15 personas, respectivamente. 
Entre los resultados se identificó que la diversidad cultural de la Parroquia Latinoamericana actúa como estímulo para el fortalecimiento de la creencia individual, y la participación en la pastoral haitiana permite una vinculación con la comunidad chilena, en lugar de actuar como un mecanismo de clivaje cultural y aislamiento.
Los inmigrantes que acuden al INCAMI a solicitar ayuda o asesoría en diversos temas son, en general, adultos entre 31 y 35 años, de nivel educacional técnico en el área dental, enfermería, electricidad, informática, etc. La mayoría son mujeres que trabajan como asesoras del hogar2. Por su parte, los haitianos tienen una de las tasas más altas de inmigración en Chile, entre 2002 y 2013 hubo un incremento del 731% y en 2016 llegaron más de 10 mil solo a Quilicura3. En términos socioeconómicos, y debido entre otros factores a su nivel de educación y dificultad con el español, solo pueden acceder a trabajos mal remunerados o precarios, viviendo muchas veces hacinados y en malas condiciones.  4

Creer y pertenecer

En la Parroquia Latinoamericana se realiza la “misa latinoamericana”, dirigida cada semana a una nacionalidad diferente con sus devociones marianas correspondientes. Habitualmente adornan la parroquia con imágenes de la Virgen y banderas de países distintos.
Asisten, principalmente, para continuar practicando la religión como lo hacían en su país. Según las entrevistas, la participación culturalmente diversa produce una revalorización de la práctica religiosa de origen y, en materia de creencia individual, mayor tolerancia y enriquecimiento en términos espirituales. Todo esto, pues el vigor de la creencia católica y las devociones marianas en otras latitudes genera la convicción de que el mensaje cristiano trasciende límites geográficos y culturales.
Fue posible observar una clara división de roles en la procesión de la Virgen de Chuapi (Perú): los hombres cargaban la figura mariana y un grupo de mujeres acompañaba con el rosario. Hay participación masculina, pero en menor magnitud.
Existe una fuerte presencia femenina en torno a las actividades religiosas y sociales de la vida parroquial: como grupos de oración o procesiones en honor a distintas devociones; lo común es que las mujeres participan en la misa como lectoras, dando los avisos finales y en los almuerzos organizados cada domingo por una comunidad diferente. De igual modo, las actividades de preservación cultural, es decir, fiestas nacionales con comidas, música, bailes y decoración folclórica, son lideradas y realizadas por ellas.

Una comunidad con distintos orígenes

En el segundo caso, se buscó identificar qué rasgos del catolicismo haitiano se reproducen en la Parroquia Santa Cruz y si esta comunidad y la chilena interactúan o permanecen aisladas. Para ello fue necesaria la colaboración del párroco, el sacerdote chileno de la comunidad haitiana y uno de sus líderes que servía de intérprete.

«El vigor de la creencia católica y las devociones marianas en otras latitudes genera la convicción de que el mensaje cristiano trasciende límites geográficos y culturales».

A diferencia de la Parroquia Latinoamericana, aquí no hay ambientación ni estilo haitiano, no se celebran sus fiestas religiosas ni devociones marianas; no obstante, la participación en la pastoral no está aislada, sino que existen varias instancias en las que, comunidad haitiana y chilena, participan en conjunto, como cursos de español y cultura chilena donde se da un intercambio cultural, pues los chilenos también aprenden sobre su idioma y cultura; de alfabetización digital, actividades sociales a beneficencia —bingos y loterías—, y las misas de integración en las que se celebra simultáneamente para las dos comunidades. En ellas participan ambos grupos con sus respectivos coros, pero convergen en uno solo. Cuando en la asamblea cantan juntos ciertas canciones que los unifican, superando las barreras lingüísticas, es un momento especialmente relevante.
La participación en la pastoral haitiana constituye un mecanismo de interacción con la comunidad chilena para muchos de sus miembros por la pertenencia activa en las actividades desarrolladas en la iglesia. La misa de inclusión muestra que más que concebir a la Parroquia Santa Cruz como compuesta por comunidades distintas, corresponde a una sola, con integrantes de un origen cultural distinto, pero de la que todos se sienten parte.

Revalorización y aproximación

La participación en parroquias de inmigrantes permite acceder a comunidades que interactúan entre ellas y con la sociedad chilena. La diversidad cultural favorece la revalorización y fortalecimiento de la creencia individual.

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El Premio Cardenal Newman se entrega a aquellos autores/as de Tesis Doctorales de la UC que postulan a través del concurso convocado por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana en conjunto con la Escuela de Graduados de la Vicerrectoria de Investigación UC. Pueden participar todos los estudiantes de los programas de doctorado de la UC, que estén por iniciar sus tesis de doctorado, o bien con una permanencia máxima en el programa de hasta 6 semestres. Más información en sel sitio web de Pastoral UC

Notas

  1. Felipe Orellana recibió el Premio Cardenal Newman 2018, reconocimiento entregado por la Pastoral UC y la VRI a los alumnos de los distintos programas doctorales que ponen en diálogo su disciplina y estudios relacionados con la fe, mediante la realización de tesis que aportan de modo significativo a evangelizar la cultura.
  2. Cubides, J.D. y Bortolotto, I., “Fe y catolicismo popular de los migrantes latinoamericanos en Santiago de Chile. Apuntes para la comprensión de la fe itinerante desde la perspectiva del INCAMI en la parroquia personal para los migrantes latinoamericanos de Santiago”, en Correa, V., Bortolotto, I. y Musset, A., eds., Geografías de la espera. Migrar, habitar y trabajar en la ciudad de Santiago, Chile. 1990-2012, Santiago: Uqbar Editores, 2013.
  3. Sánchez, K. et al., “Haití, la nueva comunidad inmigrante en Chile”, Revista Chilena de Pediatría 89(2), 2018, pp. 278-283.
  4. Ibídem.

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