“Preguntas entre académicos”: Artículo basado en Cursos de Formación para Académicos Pastoral UC.
Los desafíos de la pandemia no solo nos han exigido una rápida adaptación tecnológica, sino también, desde el ámbito educativo, cuidar diversos aspectos relacionales. La Pastoral UC, en un nuevo ciclo de cursos de formación para académicos, invitó a reflexionar sobre las oportunidades de acercamiento a las nuevas generaciones que ofrecen las plataformas digitales y cómo los profesores deben reforzar sus habilidades comunicativas para salvaguardar ámbitos de la formación que se ven limitados por los dispositivos tecnológicos.
¿Cómo impartimos educación virtual de calidad y humanizante, en un contexto social de emergencia?1
Sesión: ¿Qué es la verdadera comunicación digital en un proceso de enseñanza-aprendizaje?2
Rayén Condeza 3: Todo proceso formativo es, esencialmente, una experiencia de comunicación entre personas. El papa Francisco emplea la imagen de los docentes como “artesanos de las futuras generaciones”4. Dar forma única. Qué privilegio y responsabilidad en una etapa irrepetible de la vida de los jóvenes, con alto potencial de desarrollo y cuando la experiencia universitaria cartografía su identidad como adultos. Para las autoras de Jesús Maestro5, el rol docente implica también “ser maestro de vida, es decir, expertos y maestros en humanidad”.
Al migrar a las clases a distancia, la calidad se imbrica de manera remarcada con la perspectiva comunicacional y humanizante. Pierre Lévy6, filósofo a cargo del informe sobre la cibercultura para el Consejo de Europa, afirma que la virtualización de la cultura implica una mutación que desborda la dimensión tecnológica del fenómeno, pues “alcanza incluso las formas de estar juntos, la formación del nosotros”. En esa línea, ¿cuál es el foco de nuestra comunicación?, ¿cuán empáticos y respetuosos somos con las distintas brechas y condiciones individuales de los estudiantes que ven su espacio íntimo y privado expuesto para el estudio formal?, ¿confiamos en su iniciativa?, ¿les tenemos fe?, ¿cuidamos los modos y las formas? Educar a distancia en pandemia supone conocer las brechas, sintonizar con el estrés emocional y físico del confinamiento, con el dolor que nos causan los fallecidos y los cientos de miles de personas que enferman, que no pueden trabajar o comer. Podemos revisar nuestras prácticas y creencias sobre los jóvenes, diferenciar el transmitir contenidos con comunicar, jerarquizar, formar profesionales capaces de acoger y contener, y velar por no dejar a nadie atrás.
¿Cómo activar el ‘sistema de calma’ en las circunstancias actuales?7
Sesión: Empatía en tiempos de enseñanza en línea8.
Ana María Arón9: En situaciones de crisis, como consecuencia de un evento disruptivo que nos impacta y que el cuerpo interpreta como una amenaza, se activan nuestros sistemas de lucha y huida, lo que se llama “sistema de estrés”. Por eso, independientemente del tipo de crisis, los niveles de estrés grupales y de cada persona se elevan. Por otro lado, el “sistema de calma y conexión” es un regulador de las emociones que, cuando se activa, contribuye a neutralizar el sistema de estrés y mejora nuestra capacidad de conectarnos con otros, activa nuestras capacidades cognitivas superiores y fortalece el sistema inmunológico. Los seres humanos tenemos la capacidad ancestral de calmarnos cuando estamos cerca de otros que nos transmiten seguridad; es el sistema básico de apego seguro que observamos, por ejemplo, en el vínculo madre-hijo o del niño y su cuidador. A través de la mirada, la voz o la expresión facial y corporal se producen hormonas de calma.
Durante la cuarentena, aunque estamos separados de nuestra tribu, podemos conectarnos emocionalmente con quienes queremos a través de la tecnología, recuperando recuerdos, mirando fotos, escribiendo y leyendo cartas y mensajes. Otra forma de activar el sistema de calma y producir hormonas de bienestar es hacer actividades placenteras, que cada uno debería tener identificadas: pintar, escribir, cantar, escuchar música, jardinear, cocinar, maestrear, hacer ejercicio y tantas otras.
Finalmente, pero no menos importante, la meditación o actividades de “conciencia plena”, que los orientales practican desde hace siglos y nosotros recién la estamos descubriendo; ha sido incorporada por la medicina occidental para muchas patologías, especialmente las que están asociadas al estrés. Como dicen los maestros del mindfulness (traducción inglesa de la meditación), no es necesario convertirse en un monje tibetano, todos podemos hacerlo empezando con períodos muy cortos, dos o tres minutos diarios, y aumentar paulatinamente el tiempo hasta llegar a 20 minutos o más.
*Ilustraciones Paulina Bustamante
Notas
- Pregunta elaborada por Pamela Chávez Aguilar, profesora del Instituto de Filosofía de la UC.
- Puede revisar la sesión en https://www.youtube.com/watch?v=qZyA0lVrjdk&t=1s&ab_channel=PastoralUC
- Doctora en Comunicaciones por la Université de Montréal, Canadá; magíster en Ciencias de la Educación por la UC y profesora de la Facultad de Comunicaciones de la UC, y jefa del programa Magíster en Comunicación
y Educación de la UC. - Papa Francisco, “Educación: el pacto mundial”, 2020.
- Córdova Peredo, M., Jara Bernadot, F. y Neira Neira, M. E., Jesús Maestro: un estilo y un paradigma para el educador de hoy, Roma: Escolapias, 2013.
- Lévy, P., ¿Qué es lo virtual?, Barcelona: Paidós, 1999.
- Pregunta elaborada por Ady Giordano Villatoro, profesora de la Facultad de Química y de Farmacia de la UC.
- Pude revisar la sesión en https://www.youtube.com/watch?v=Kffcujb7Tno&t=2s&ab_channel=PastoralUC
- Directora del Centro de Estudios y Promoción del Buen Trato, y académica de la Escuela de
Psicología de la UC.