Esta composición pertenece a Erwin Ojeda Soto, profesor de Artes con Mención en Música y Diplomado en Educación Artística, ambas por la Universidad de Los Lagos. Regularmente estrena obras en el sur de Chile junto a la Banda Sinfónica Nacional de la Armada. En 2016 fue galardonado con el tercer lugar en el Concurso Alapp en la Categoría Adulto y en 2018 es nombrado Talento Universitario por la Universidad de Los Lagos.
La obra Pange Lingua es una obra coral de música sacra, de forma contrapuntística y con líneas melódicas independientes que en secciones se unen para hacer un gran himno, además de la profundidad y reflexión que entrega, esta obra evoca los antiguos cantos gregorianos, como forma de enlazar la antiguo con lo moderno, generando una reminiscencia de la música vocal, utilizando los recursos de la música del Renacimiento con la libertad de la música contemporánea. Por otra parte, la obra Pange Lingua está creada como un gran himno, florido y de carácter acordal para dar mayor realce, contemplación y adoración hacia Dios, por ello su interpretación debe ser clara y, al mismo tiempo creando ideas claras en cada línea musical que interpretan los cantantes, pues bien, cada voz es importante para dar vida a esta creación. Por otra parte, las voces se van fundiendo en el contrapunto y dando fuerza en la homofonía, generando instancias nobles y serenas, donde el texto es clamado con fuerza y musicalidad guiado por la brillante interpretación de los músicos de la Universidad Católica de Chile.
Entrevista a Erwin
¿Cómo conociste el Soli Deo Gloria y qué te incentivó a participar?
Lo conocí gracias a la directora de coro Maxiel Marchant, quien me incitó a participar y dar a conocer mi música como compositor. El incentivo mayor es hacer la entrega de la obra como ofrenda a Dios. Hacer música para Él es un hermoso gesto de agradecimiento del don y virtud de poder crear y plasmar mi sentir a través de textos, oraciones y versículos en letra y música.
¿Qué significa haber colaborado como compositor en la adoración?
El mayor aporte es la música sacra, desde todo el sentido, tanto en adoración e interpretación, como en la entrega de material musical para futuras ocasiones donde se desee interpretar música de este estilo, es un orgullo participar y ser parte de la ofrenda final que nos involucra a todos y todas.
¿Cuáles fueron tus fuentes de inspiración e influencias?
Mi principal inspiración es el amor a Dios, su representación en cuadros, pinturas y principalmente la música del Renacimiento donde el contrapunto y la música sacra estaba en la cúspide, fuente gigante de imaginación, y poder trabajar en nueva música para Soli Deo Gloria.
Participar en este proyecto ¿te ayudó a rezar y conectarte con Jesús?
Por supuesto, la conexión está tanto en la Iglesia, como fuera de ella, ya sea en vivo o a través de una pantalla (equipos smartphone), todo canal es importante para un momento de conexión y reflexión personal.
¿Cómo fue la experiencia de escuchar tu obra siendo interpretada? ¿te lo imaginabas así?
Debido a problemas de salud, no pude viajar a Santiago a presenciar mi obra, pero gracias al responsable de la organización de la adoración, Álvaro Bravo, quien me envió videos por WhatsApp, pude vivir esa experiencia, y es algo sublime. Ver que la Universidad Católica a través de su coro da vida a la música es algo inimaginable, escuchar matices, dinámicas, intensión e interpretación de una obra que está en papel, es algo de lo cual estaré agradecido toda la vida. Me dejó con muchas ganas de seguir buscando, participando y aportando a todas estas instancias para el disfrute, goce y forma de ofrenda que uno puede hacer desde la vitrina de compositor y músico. Sinceramente estoy muy agradecido, y con mucho respeto doy las gracias por confiar en mi trabajo, darme la oportunidad y demostrar que se puede hacer una hermosa música sacra en nuestro país.