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Sabiduría popular y modernidad, dos paradigmas frente a una megacrisis

Según el filósofo, musicólogo y esteta chileno Gastón Soublette, las crisis social, sanitaria y medioambiental actuales están conectadas y conforman una “megacrisis”, ante la cual el “sabio popular” estaría mejor preparado que el “hombre contemporáneo”. Esta mayor competencia estaría reflejada en el refranero popular, por lo que un recorrido entre algunos de estos dichos, frases y sus usos, nos entrega ciertas claves frente a la contingencia.

Diversas reflexiones de Soublette señalan que para superar la actual megacrisis es necesario “volver a ser humanidad”, recuperando valores tradicionales y practicando el amor y la sabiduría que perdimos desde la Revolución Industrial. Se requiere volver a tener un “referente trascendente” que sustente la conciencia del homo sapiens en la peligrosa fase de la evolución en la que nos encontramos. Junto con eso, este autor recalca que es preciso “derribar el mito del progreso”, el cual no ha conllevado un cambio cualitativo del hombre, sino solo un aumento de su poder sobre la naturaleza cuyo dominio es refutado por el ‘desastre ecológico’ que hoy vivimos 1. En su último libro, titulado Manifiesto, el filósofo propone la tesis de que los seres humanos somos tanto víctimas como causa de este drama.

Hay que sacar la historia de la memoria

En la localidad de La Chacarilla, comuna de Cartagena, Valparaíso, vive una familia de tres generaciones de cantores a lo divino y lo poeta, ellos son Arnoldo Madariaga Encina (83), Arnoldo Madariaga López (65), y Emma Madariaga Vallada- res (18), todos con el reconocimiento de Tesoro humano vivo 2 .

Madariaga Encina, quien además es agricultor, señala que en la situación actual: “Es difícil que las personas se pongan de acuerdo, porque las conversaciones se vuelven discusiones, prima el odio y todos quieren ser el rey”. Un panorama desalentador si pensamos que para construir un mejor país debemos hacerlo unidos. Afirma también que no cuidamos el medio ambiente como corresponde, agregando que tampoco ve que estemos bien preparados para enfrentar la crisis sanitaria que azota al mundo, sentencian- do con tono melancólico que “la gente desobedece las órdenes y no se vacuna para evitar que la pandemia avance, mientras otros están haciendo fiestas”.

Madariaga hijo, quien es payador y artista educador, agrega que “en esta sociedad convulsionada y acelerada hay poca hermandad, compañerismo y solidaridad. El perdón que Jesús nos mostró a través de la crucifixión fue un ejemplo que no estamos siguiendo, no deberíamos perder el amor al prójimo”. Su hija Emma es guitarronera 3 y estudiante de pedagogía en música. Ella piensa que es difícil establecer quién es mejor que el otro, entre hombre contemporáneo o sabio popular, porque viven realidades y contextos muy distintos: “En lo social hoy vemos una revuelta, mucho movimiento de parte de distintas ideologías. Quizás eso está muy bien porque la diversidad es sumamente importante al momento de crear acuerdos para vivir en comunidad dentro de los pueblos, siempre y cuando la finalidad sea el bien común; algo que el hombre contemporáneo olvida al tomar decisiones. Tal vez eso era distinto antes”, acota. En relación con el medioambiente asegura que el sabio popular es más consciente: “Nunca va a tirar un plástico a la tierra, porque un animal se lo va a comer y va a morir, no necesita un letrero que diga: ‘No tirar basura’, pero el hombre contemporáneo no sabe qué va a pasar si contamina, está acostumbrado a recibir órdenes por cosas que deberían ser de sentido común”.

«El hombre sabio es feliz por poseer un tesoro más estimable que el otro: tiene la seguridad psicológica de entender el sentido de la vida»

Emma no rechaza el progreso, es más, reconoce que ha dado grandes soluciones frente a diversas situaciones: “Antes morían muchas guagüitas porque no se podía viajar del campo a los hospitales en la ciudad, y los medicamentos eran escasos o, simplemente, no había”; pero lamenta el desconocimiento de lo natural: “Una mujer campesina conoce todas las plantas y las usa como medicina; en el colegio no se enseña eso, no nos muestran el movimiento de los astros o el funcionamiento de las aguas según la luna, tampoco cómo funciona el movimiento migratorio de las aves, lo más innato que tenemos, antes que saber cómo funciona un sistema económico”, lamenta la estudiante.

Desde la zona rural de Valparaíso nos pasamos al sector cordillerano de la Región Metropolitana, donde se encuentra la comuna de Pirque, lugar donde viven don Juan Domingo Pérez (66), también Tesoro humano vivo, poeta popular y guitarronero, su hijo Marcos Francisco Pérez (44), artista visual y pintor, y su discípulo, Fidel Améstica (47), poeta. Para ellos el sabio popular “es una persona respetuosa de lo que sucede, está siempre atento y todo lo enfrenta con sabiduría y con mucho respeto. Siempre está analizando todo, observando, tratando de encontrar claves que le den sentido al existir. Esas claves las busca en la naturaleza, en la comunidad, en la historia y especialmente en el día a día, las que guarda en su memoria para sacarlas ‘a la luz’ cuando lo encuentra necesario y también como guía para su caminar vital. En este sentido, el sabio popular es ciertamente un depositario del sentido común, al contrario del hombre contemporáneo, que vive desconectado de la realidad, es individualista, egoísta y, por consiguiente, vive desesperado y sin encontrar sentido en la naturaleza ni en lo divino”.

Las cosas por sabidas se callan, y por calladas se olvidan

Hay distintas voces que van complementando lo que significa el refrán chileno. Según la investigación base de este reportaje4 , es una forma de sabiduría que nació del pueblo y que fue transmitida de manera oral, “una forma perspicaz y práctica de acoplarse con el entorno y con los otros, muy conocida en los campos y vida rural del siglo XIX en Chile. En él se halla contenida una genuina ‘visión del mundo’ fundada en la integración de diversos elementos: el ser humano, el prójimo, el medio ambiente y Dios, de cuya mutua compenetración, o cohabitación, se deriva un ethos o modo de ser. De ahí que hablemos de una ética del habitar”5 . En la práctica, Arnoldo Madariaga padre relaciona la sabiduría de los refranes con su utilidad: “Para cada cosa que hacemos los seres humanos hay un refrán”. Con voz alegre y algo de pudor, recuerda que en su juventud fue talabartero: “Hacía aperos de huaso, montura, pierneras, taloneras, incluso cinturones. Cuando terminé, me di cuenta de que yo, que hacía cosas nuevas, me sujetaba los pantalones con un cáñamo y eso no puede suceder, pero sucede: En casa de herrero, cuchillo de palo”. Si bien existen refranes cortos, el poeta también habló de los refranes en cuartetas de cuatro líneas que riman, y que, antiguamente, eran objeto de duelos entre payadores. Por ejemplo:

Familia Madariaga, tres generaciones de cantores a lo poeta.

Un hombre sin coyunturas
que hace caminar los muertos,
este hombre no tiene cuerpo,
pies, cabeza ni cintura.

Refiriéndose al río, y su hijo continuó la ronda:

Plantó una planta el Señor,
le costó mucho trabajo,
con las raíces para arriba y
los ganchos para abajo.

“Es una cuarteta muy sabia que se refiere a la creación del hombre: Las raíces son el pelo y las extremidades son los ganchos”.

Para Madariaga hijo no hay un refrán favorito: “Vienen de acuerdo con la conversa, los distintos temas hacen venir a la memoria el refrán preciso para ese contenido. No es que uno use un refrán a cada momento porque le gusta, sino, de acuerdo con la situación, estos van aflorando”. Su hija Emma agrega que, por lo que ha visto entre los jóvenes, el uso de refranes es una forma de reconocer si alguien es de campo, “pero no son del campo, sino de la gente, del habla popular chilena. Me gustan mucho. Más allá de ser refranes, todos portan una sabiduría y muchos de ellos son metáforas que tiene muchas cosas que decir. A veces, nos quedamos con el refrán no más porque suena bonito, pero no con su trasfondo”, profundiza la joven.

En Pirque sigue la conversa: “Para nosotros un refrán es un enunciado que atrae por su forma y especialmente por su fondo, pues invita a pensar poniendo bien los pies en la tierra. Es una saeta que contiene una verdad que invita a mirar las cosas de una manera más consciente. Los poetas populares y, especialmente, los de la tradición campesina, se apoyan fuertemente en la Sagrada Escritura, porque ven en ella una fuente inagotable de sentido común que les hace eco en su búsqueda diaria y consciente por encontrar la verdad y gozar de ella a través de la poesía. Usamos los refranes cuando hay que dar un ejemplo, un consejo, para reforzar una idea o, simplemente, como diversión”.

La poca sabiduría empaña las ocurrencias

Juan Domingo Pérez – Tesoro humano vivo, poeta popular y guitarronero de la comuna de Pirque.

Para Gastón Soublette, las dos guerras mundiales y los enfrentamientos posteriores han borrado de nuestra conciencia todo vestigio de los valores de la cultura occidental cristiana para dejarnos en un mundo manejado por el frío cálculo político, económico y táctico, y la astucia para moverse conforme a una posverdad6 , actuando según la filosofía inglesa del “Saber es poder”, cuyo valor recae en la utilidad del conocimiento y no en su verdad. En ese sentido, añade: “Para elaborar ese sistema de entendimiento, los hombres deben ser transformados mediante un pro- ceso por el cual la psique solo desarrolla una parte de sí, en desmedro de otras. Así se genera la unilateralidad de la visión, lo que en la mitología clásica era representa- do por gigantes provistos de un solo ojo que simbolizaban la brutalidad”7 .

Por tanto, no es que el saber sea malo, de hecho, el hombre sabio es feliz por poseer un tesoro más estimable que el oro: tiene la seguridad psicológica de entender el sentido de la vida, el que conlleva la capacidad de adoptar la actitud adecuada ante los desafíos de la vida, ahorrándose sufrimiento8 . Entonces el saber le daría al ser humano dos naturalezas completamente distintas, bruto o sabio, dependiendo del sentido que le dé a este conocimiento, y eso es lo que ha estado enfocando mal el hombre contemporáneo.

La sabiduría chilena de tradición oral es “fuente generosa de riqueza espiritual y de experiencia humana para atesorar frente a las crisis que sufrimos: el hombre fuerte debe mirar con calma venir la muerte9 .

Donde reina el amor, sobran las leyes

El sabio popular chileno es una persona alegre y respetuosa que, según La sabiduría popular chilena como ética del habitar: presupuestos y proyecciones, tiene la habilidad de discernir cuándo es conveniente hacer y decir algo, y cuándo no. Una de las características que Soublette destaca es la fortaleza, pero no esa fuerza egótica que impulsa a ciertos hombres a dominar a otros, sino la fuerza interior en la cual se asientan el coraje, la paz del ánimo, la serenidad y la confianza frente a lo trascendente10 . En su obra del refranero popular explica que, por el contexto del legado de la sabiduría universal, se puede decir que hay una sabiduría del “ojo” y una sabiduría del “corazón”, y citando a un jefe indígena de Estados Unidos entrevistado por Carl Gustav Jung —“Los blancos están locos, piensan solo con la cabeza y no con el corazón”—, el esteta explica que la sabiduría del ojo es la del intelecto, la sabiduría del corazón es intuitiva y trasciende las elaboraciones mentales deliberadas, porque el corazón ve, siente y presiente; y concluye su idea citando el refrán: El corazón no miente a nadie.

Para los estudiantes del curso electivo sobre sabiduría chilena de tradición oral, que realiza Gastón Soublette, “la idea de que el hombre contemporáneo es víctima de la opresión del poder económico y político es recurrente”, y señala que este fenómeno “reduce su individualidad hasta hacer de él un sujeto sin identidad. Conforme a esta idea, se sugiere que la gran masa es víctima de un engaño por el hecho de participar de una racionalidad impuesta que llega a sentirse como normal, la que excluye la sabiduría y la virtud y, con ellas, la noción de sentido de trascendencia”11 . En el curso se incluye como material el refranero sapiencial, los cuentos tradicionales y algunos aforismos de la tradición oral mapuche. Al respecto, Soublette dice que “el resultado es sorprendente, en el sentido de que esa sabiduría les sirvió de base para aclarar su pensamiento en referencia al modelo de sociedad en que estamos viviendo, y formular una crítica sustentada en valores y temas tales como el amor, el sentido, el bien y el mal, la justicia, la verdad, el tiempo, el destino, la fe y el ser supremo”12 .

Juan Domingo, Marcos y Fidel concluyen: “Todo lo que tenga que ver con la sabiduría y, más aún, con la transmisión de la experiencia humana, se traspasa a través del lenguaje, que es el portador de la verdad. Los seres humanos nos relacionamos, le damos sentido a la realidad, logramos cohesión y unidad a través del lenguaje, y este puede moldearse para crear nuevas experiencias partiendo de las mismas palabras, abriendo nuevos horizontes de entendimiento o comprensión a los mismos hechos, cosa que el refrán logra muy bien”.

Notas

  1. Cf. Soublette, G., Manifiesto, peligros y oportunidades de la megacrisis, Ediciones UC, 2020, pág. 64./
  2. Instancia oficial de reconocimiento que el Estado chileno otorga a comunidades, grupos y personas distinguidos y destacados por sus pares, por los significativos aportes realizados a la salvaguardia y el cultivo de elementos que forman parte del Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile. Véase https://www.cultura.gob.cl/patrimonio/tesoros-humanos-vivos/.
  3. El guitarrón chileno es un cordófono de 25 cuerdas, cuyo origen quizá se remonte a las postrimerías del siglo XVI. Se lo utiliza para acompañar el Canto a lo Poeta, junto al cual se ha desarrollado. Es el instrumento musical preferido de payadores y cantores a lo divino, seguido de la guitarra traspuesta y el rabel.
  4. Proyecto financiado por el XIV Concurso de Investigación y Creación para Académicos, organizado por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
  5. Cruzatt Costa del Río, C., La sabiduría popular chilena como ética del habitar: presupuestos y proyecciones, pág. 2
  6. Soublette, Manifiesto…, op. cit., pág. 26.
  7. Ibid., pág. 27.
  8. Soublette, G., Sabiduría chilena tradicional oral (refranes), Ediciones UC, 2020, pág. 21
  9. Ibidem.
  10. Soublette, Sabiduría chilena…, op. cit., pág. 22.
  11. Soublette, Manifiesto…, op. cit., pág. 52.
  12. Ibid., pág. 46.

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