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Crítica de Cine: El Chacal de Nahueltoro

PELÍCULA: EL CHACAL DE NAHUELTORO

Director: Miguel Littín 

Sinopsis: Basada en un suceso real de la crónica roja que estremeció a Chile a inicios de los 60, la película narra la historia de un campesino de Nahueltoro, cerca de Chillán, un temporero analfabeto y alcohólico que durante una borrachera asesina a su ocasional conviviente y a los cinco hijos de  la mujer. Los hechos son relatados retros- pectivamente al asesinato, encarcelamiento, juicio y condena a muerte del “Chacal”. El proceso, así como los antecedentes y circunstancias que desembocan en la tra- gedia, montan de forma coral un prístino y terrible panorama de las consecuencias del abandono en el que vivían los desposeídos en el campo chileno de la época.

Comentario: El ciclo de cine Relatos de Misericordia,  organizado por la Pastoral UC, se inauguró con un clásico nacional: El  chacal de Nahueltoro de Miguel Littín (1969). Mucho se ha escrito sobre  esta obra, y este ciclo reafirma el principio de que en las artes no sólo importa la nove- dad, sino también el volver a ver.

En El chacal, la noción misma de miseri- cordia resurge en el concepto latino: miser (“desdicha”), cordis (“corazón”). Sentir en uno la desdicha de los demás. La historia, como en las tragedias clásicas, es conocida: un hecho policial reelaborado, tal como lo  había impulsado el cine neorrealista europeo desde los años 40, hasta la consolidación alcanzada por Truman Capote con su libro A sangre fría (1966). La fuerza de la realidad que la prensa ofrece día a día migra al cine en un estado medio entre el documental y la ficción.

El chacal de Nahueltoro, más real que la realidad, impone un ritmo. La imagen en blanco y negro exalta la violencia de la pobreza del campo chileno de la época. La fotografía impide cualquier sublimación. Ese asesino y sus víctimas son la historia del  descontrol, la desproporción de la fuerza humana y, por cierto, la de la justicia, también humana. El asesinato de una viuda y sus cinco hijos, inicialmente, no deja espacio a la compasión. Sin embargo, la película rescata la idea de que nadie es completamente malo ni completamente bueno, cada uno carga su propia historia. En  el caso del asesino, su abandono y alcoholismo; para la madre-viuda, el error de haber confiado en un desconocido.

Por medio del racconto, vemos el cruce entre los hechos y el proceso de condena, remisión  y fusilamiento del homicida. Hay hitos: la escena en que la familia es lanzada de la casa por la fuerza pública y, desplazada, se encamina con la ayuda de su verdugo; el terrible telón de  fondo de la realidad de las cárceles chilenas; la paliza mortal que emprende el asesino y, después, el gesto extraño con que, diligentemente, pone sobre cada cuerpo tres piedras. ¿Por qué? “Para que se quedaran quietos”, responde. Pero esas piedras hablan también —como la película y todo arte— del impulso humano por no dejar los cuerpos sin sepultura. Aunque sea una piedra que, por misericordia, los cubra e impida que sus almas erren eternamente.

Ficha Técnica:

Título: El chacal de Nahueltoro
Director: Miguel Littín
País, año: Chile, 1969
Género: Drama
Duración: 89 minutos
Reparto: Nelson Villagra, Shenda Román, Luis Alarcón, Héctor Noguera, Marcelo Romo.

1 comentario en “Crítica de Cine: El Chacal de Nahueltoro”

  1. La he visto muchas veces en diferentes etapas de mi vida y siempre me sumerge esa atmósfera de pobreza tan violenta, es una obra maestra de Littín que muestra nuestro Chile de tanto solo 60 años atrás.

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