“Este jubileo fue una tremenda experiencia, una inyección de fe y de esperanza. En las noticias se decía que éramos un millón de jóvenes en Tor Vergata (universidad de Roma), estar ahí daba la sensación de más de un millón de personas compartiendo la alegría de Dios. Era Él quien se manifestó en un mundo tan dolido, entre dificultades y guerras. En medio de todo eso estar con jóvenes apasionados por Dios y por el mensaje de Cristo te vuela la cabeza”, Juan Vicente Jara Jara, subdirector de estudiantes de la Pastoral.


Como hemos mencionado en algunas columnas, y podrán ver en el nuevo número de nuestra revista que saldrá en septiembre, el 2025 es un año Santo o Jubilar1, eso quiere decir que recibimos gracias especiales y estamos invitados a peregrinar a Roma —o buscar templos jubilares en nuestras ciudades— para pasar por las cuatro puertas Santas que están en la Basílica de San Pedro, la Archibasílica de San Juan de Letrán, la Basílica de Santa María la Mayor y la Basílica de San Pablo Extramuros. Particularmente, el papa Francisco eligió una quinta puerta en la Cárcel de Rebibbia en Roma, puesto que una de sus grandes preocupaciones siempre fueron las personas privadas de libertad: “En el Año jubilar estamos llamados a ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria. Pienso en los presos que, privados de la libertad, experimentan cada día —además de la dureza de la reclusión— el vacío afectivo, las restricciones impuestas y, en bastantes casos, la falta de respeto. Propongo a los gobiernos del mundo que en el Año del Jubileo se asuman iniciativas que devuelvan la esperanza; formas de amnistía o de condonación de la pena orientadas a ayudar a las personas para que recuperen la confianza en sí mismas y en la sociedad; itinerarios de reinserción en la comunidad a los que corresponda un compromiso concreto en la observancia de las leyes” (Spes non confundit, n° 10).
Delegación UC en Roma
Durante todo el año ha habido distintos jubileos, en enero fue el del Mundo de la comunicación, en mayo fue el de los Trabajadores y entre el 28 de julio y el 3 de agosto fue el de los jóvenes; entre muchos otros2, a los tres han ido representantes de la UC y queremos compartir en esta columna la experiencia de la delegación de estudiantes, encabezada por el subdirector de estudiantes, Juan Vicente Jara Jara, quien los acompañó desde los preparativos, meses antes de que partiera el jubileo, hasta el domingo cuando se despidieron en Roma:
Nuestra delegación estuvo integrada por 61 estudiantes. Conocer a cada uno y acompañarlos en este peregrinar fue un regalo. En el ajetreo del día a día era difícil dedicarle a cada uno un momento, porque eran muchos, pero verlos y sentir su anhelo de seguir al Señor me inspiró mucho. Además, iban muy camiseteados por su universidad y por Chile, y eso es un orgullo.
Compartir estos días con los chiquillos fue muy enriquecedor porque el grupo era muy variado, eran de distintas edades, carreras, cada uno con su historia; lo que a la vez fue desafiante porque significaba hacerlos congeniar, algo que en un viaje de gran envergadura como una peregrinación en un lugar tan lejos, con costumbres e idioma distinto y con un calor insoportable, es difícil. Los traslados fueron otra dificultad, nosotros alojamos a las afueras de Roma y las distancias son larguísimas, pero a pesar de todo, yo veía que ellos lograban entenderse y disfrutar cada momento.

Para todos nosotros fue conmovedor ver que no éramos los únicos, que estábamos en la misma sintonía que tantos otros jóvenes de múltiples nacionalidades, vimos una iglesia rica y diversa representada por todos ellos. Se dice que éramos un millón en Tor Vergata, pero creemos que éramos más porque era mucha, mucha gente, no había espacio para más. Era impresionante ir caminado y escuchar las diferentes lenguas, ver diferentes banderas; pero el entusiasmo en los cantos y rezos de cada grupo con sus carismas, los catecúmenos acompañando con sus cantos, bailes y sus tambores, por ejemplo.
El hito de esta experiencia fue la peregrinación a Asís, un momento de espiritualidad profunda, cargado de emociones, de ahí para adelante empezó el camino por las puertas santas3.
Mensaje del Papa
Lo que más me llamó la atención de las palabras de León es este llamado que hace hacia lo alto, hacia las cosas grandes. Estamos llamados a la santidad, a lo que en realidad tiene sentido, que no nos quedemos en lo mínimo, sino que proyectemos y vayamos más allá, a lo que Dios quiere para nuestra vida, que es ser felices y plenos en Él. Otra cosa que me encantó de su discurso en Tor Vergata, —universidad en Roma a la que llegamos después de 5 kilómetros de peregrinación, donde fueron la fiesta y vigilia de oración con el Santo Padre—, fue la frase que nos recordó de San Agustín: ‘Ninguna amistad es fiel sino en Cristo’4. Cristo tiene que estar al centro de nuestras vidas y de algo tan importante para los jóvenes como los vínculos y las amistades, para que sean verdaderas, tengan sentido y puedan transformar y trascender, que se queden en el corazón.
En la adoración en Tor Vergata, que fue impresionante, impactante el silencio que reinó cuando el Señor se hizo presente en la Eucaristía; me sentí rodeado de esta alegría que es la esperanza. Para mí ahí el significado del Jubileo de la Esperanza se hizo patente y tangible. Y después en ese lugar compartimos, hablamos, intercambiamos santitos y pulseras: nuestra familia es universal y es grande: somos una sola Iglesia.

Notas
- ¿Qué es el jubileo? https://www.iubilaeum2025.va/es/giubileo-2025/segni-del-giubileo.html
- Ver el Calendario general del jubileo https://www.iubilaeum2025.va/es/calendario/calendario-generale.html?utm_source=chatgpt.com
- Ver el Itinerario del jubileo de los jóvenes: https://www.iubilaeum2025.va/es/pellegrinaggio/calendario-giubileo/GrandiEventi/Giubileo-dei-Giovani.html
- Leer el diálogo del Santo padre con los jóvenes en la vigilia del jubileo: https://www.vatican.va/content/leo-xiv/es/speeches/2025/august/documents/20250802-veglia-tor-vergata.html