En esta crisis socioambiental, nuestro entorno está sufriendo transformaciones profundas y devastadoras. El progreso y desarrollo humanos han entrado en conflicto con las dinámicas propias de la naturaleza, que permiten mantener el equilibrio ecológico. Nuestro estilo de vida nos está consumiendo, haciéndonos perder el lado humano de la vida e individualizándonos. Sin embargo, la mirada de la sustentabilidad nos ofrece una esperanza, presentando la actual crisis como un problema común, una tarea que nos compromete a todas y todos a tomar conciencia de este estilo de vida y de sus consecuencias más oscuras. Como sociedad, debemos dialogar y movilizarnos para llegar a soluciones profundas y estructurales. Por eso, les animo a ser agentes activos en estas transformaciones sociales tan necesarias para salvar nuestro ambiente y a nosotras y nosotros mismos en el proceso.
Por medio de estos ojos, también podemos percibir nuestras propias acciones y darnos cuenta de que somos parte del problema. Una vez que tomemos conciencia de esto, podremos comenzar una transición a un nuevo estilo de vida
Para ser un agente de cambio es necesario mirar esta crisis con otros ojos, con los ojos de la sustentabilidad. Con esta mirada, podemos cuestionar el sistema económico en el que estamos sumergidos, entender sus consecuencias sociales y ambientales e imaginar distintas formas de habitar el mundo. A través de estos ojos, podemos contemplar y asombrarnos con la belleza en el equilibrio de la naturaleza. Por medio de estos ojos, también podemos percibir nuestras propias acciones y darnos cuenta de que somos parte del problema. Una vez que tomemos conciencia de esto, podremos comenzar una transición a un nuevo estilo de vida, más relacional, cooperativo, diverso y paciente.
Mediante este nuevo modo de ver y habitar el mundo, podemos construir no solo un mejor futuro para nosotras y nosotros, sino un mejor presente para las personas que más han sufrido en este sistema y para todos los seres vivos en la Tierra. Creo firmemente que desde la posición de privilegio que muchos tenemos en la UC, debemos trabajar desde nuestras distintas disciplinas y en interdisciplinariedad para mejorar la calidad de vida de las personas que han sido excluidas por nuestro sistema y nuestra sociedad. Sin duda, no es una tarea fácil y hay muchas personas dialogando en torno a esta crisis socioambiental hace mucho tiempo, pero tampoco es una tarea imposible. Tenemos el potencial de cambiar y mejorar a través de estos ojos que, como canta Eduardo Meana en su “Declaración de domicilio”, nos permiten vivir desde el lado pequeño, lento, pobre, complejo y sagradamente humano de la vida.