Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium,
La Penetración del Evangelio en las Estructuras del Mundo
Iglesia’, ‘Dios’, ‘Evangelización’, ‘Vida’, ‘Evangelio’ y ‘Mundo’… estas palabras son las más recurridas en Evangelii Nuntiandi (EN), Exhortación Apostólica de Pablo VI promulgada en 1975 para conmemorar el décimo aniversario del Concilio Vaticano II. En el cincuentenario de su clausura, las palabras de EN recobran plena vigencia al pasar revista a la naturaleza, finalidad y métodos apropiados para la misión de la Iglesia.
En efecto, si dentro del plan de salvación de Dios expresado de manera notable en el Evangelio, la Iglesia tiene un rol fundamental en la defensa y promoción de la vida, la evangelización del mundo vuelve a ser un imperativo. Esta tarea, el texto a una penetración del Evangelio en las estructuras del mundo, lo que levanta exigencias ineludibles para el agente evangelizador, quien no podrá contentarse con una transmisión aséptica de la Buena Nueva, sino que deberá siempre partir de la historia concreta donde Dios se autocomunica. El mundo tiene huellas de Dios que es preciso auscultar para que la evangelización llegue a transformar estructuras y no se desvanezca en programas misioneros desvinculados de la realidad. Actualizando esta enseñanza diríamos, con el papa Francisco, que se precisa pasar de una misión «programática» a una «paradigmática», donde la Iglesia se distancia de programas misioneros autocomplacientes y se decide, más bien, a generar modelos de misión paradigmáticos que también la transformen a ella.