Teatro: Floresta
Dirección: Layla Raña
Compañía: Aranwa, teatro para bebés
Floresta propone una experiencia teatral para niños de 0 a 5 años, donde tanto espectadores grandes como chicos son testigos de una historia mínima: tres niños viven la aventura de buscar a su gato en el bosque. Sin embargo, esta no es una obra como las que conocemos: buscando despertar la imaginación de quien observa, la historia es solo un marco para el despliegue de un sinnúmero de sensaciones, gestos, colores, texturas y sonidos. Finalmente, el espacio iluminado y acogedor que recibe al espectador se abre y lo invita a completar esta experiencia entrando al escenario para interactuar y jugar libremente con todos los elementos que se han usado en escena.
El teatro para la primera infancia es relativamente reciente en Chile, y se origina aproximadamente en 2011. Una de los pocos grupos que lo desarrolla en el país, la compañía Aranwa dirigida por Layla Raña, se inspira en el trabajo del director noruego Karlstain Solli, pero desarrolla su propio camino. Su segundo trabajo, Floresta, atrae no solo por su excelente factura, cuidado en sus objetivos formativos y cualidades estéticas sino porque genera una aproximación amable al teatro para quienes no lo han conocido antes o para quienes lo disfrutan con cierto recelo.
Lo que más me llamó la atención de este trabajo es que opera con recursos teatrales distintos a los que estamos acostumbrados. El manejo del tiempo, el lenguaje, y la gestualidad, no operan en un plano ilustrativo, sino que son misteriosos y sugerentes. Sin imponerse mediante estridencias, intrigan y atraen, a la vez que se adaptan a las reacciones de los asistentes y también a sus incursiones en la escena. Pude constatar estas mismas emociones en los asistentes más jóvenes y su respuesta inmediata a la invitación a subirse al escenario, así como la libertad para apropiarse de los elementos escenográficos y de utilería.
Intrigada por la propuesta, me reuní con su directora y me reveló algunos aspectos fascinantes sobre su proceso de creación. Guiados por su ella, el equipo de trabajo trabaja con secuencias físicas y musicales, se aproximan a materialidades, intentan cualidades de movimiento. El trabajo es sometido regularmente a pruebas en un jardín infantil donde, de acuerdo a las reacciones de los niños, se le va dando forma. Otro aspecto importante es que construyen su escenografía con elementos para motivar a los niños a descubrir elementos similares en su propio entorno y desarrollar sus propios juegos.
Floresta fomenta la idea de un teatro como un espacio de inclusión y juego. Esto no solo es un aporte en la generación de nuevas audiencias sino que estimula la imaginación de los niños, su curiosidad y su desarrollo emocional y social al convertir la escena en un espacio de encuentro en el que pueden vincularse con materialidades y compartir con los actores, otros niños y sus padres.