En septiembre de 1910, con la intención de dar una respuesta a la “cuestión social”, se llevó a cabo el Congreso Social Católico bajo el lema “Por Dios y por el Pueblo”. Nuestra Universidad albergó –en sus antiguas dependencias de calle Agustinas– diversas actividades de este evento que la prensa de la época denominara como una verdadera fiesta. De la misma manera, hoy queremos responder con fuerza a nuestra propia “cuestión social”, enfrentando las problemática contemporáneas con aquello que ha sido inmutable en la enseñanza social de la Iglesia: la preocupación por el verdadero y auténtico desarrollo humano.
El amplio y complejo espectro de demandas sociales nos alienta a promover con ímpetu la verdad y el bien común en los distintos ámbitos de nuestro quehacer. Con esta motivación hemos decidido dedicar este segundo número de Diálogos a temas concernientes a la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
La relación del Estado con la sociedad, la responsabilidad compartida en los actos del prójimo y la igualdad en el acceso a oportunidades, son algunas de las reflexiones que proponemos a través de la opinión de distintos expertos. Una mención especial requiere el valioso debate ético-económico que realizan los profesores de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UC Marcos Singer y Francisco Gallego. En la misma línea, el reportaje central presenta parte del trabajo investigativo del profesor Jorge Precht, quien busca espolearnos a ser actores creativos en la aplicación de la DSI. Parte importante de nuestra misión es proponer nuevas formas de tratar estos y otros desafíos de la cultura actual, espíritu que inspira los artículos de los académicos que hemos incluido en esta edición, quienes fueron ganadores del VII Concurso de Investigación realizado en conjunto con la Vicerrectoría de Investigación de nuestra Casa de Estudios.
Hoy queremos responder con fuerza a nuestra propia “cuestión social”, enfrentando las problemática contemporáneas con aquello que ha sido inmutable en la enseñanza social de la Iglesia: la preocupación por el verdadero y auténtico desarrollo humano.
Es nuestro anhelo que los esfuerzos vertidos en estas páginas se resuman en una profundización de la DSI, donde la antropología cristiana adquiere un alcance relevante y nos previene contra el riesgo de nuestro tiempo: «que la interdependencia de hecho entre los hombres y los pueblos no se corresponda con la interacción ética de la conciencia y el intelecto (…). Solo con la caridad, iluminada por la luz de la razón y de la fe, es posible conseguir objetivos de desarrollo con un carácter más humano y humanizador» (CV n.9).