Revista

¡Compártelo!

Maestro de maestros: Ernesto Fontaine

Ernesto Fontaine (1934-2014)          Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas U

El Maestro y Moya
Por Rolf Lüders, Facultad de Administración y Economía UC

Hace un tiempo falleció Ernesto Fontaine Ferreiro-Nóbriga, profesor emérito de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su vida es una muestra de que las personas, si lo desean y se esmeran en ello, pueden hacer una gran diferencia en los niveles de bienestar de los demás, especialmente en aquellos de menores niveles de ingreso.

Ernesto se formó en el Grange, en los Sagrados Corazones de Viña del Mar, en la Universidad Católica —a la que entró a cursar estudios de Ingeniería Comercial en 1952— y finalmente en la Universidad de Chicago, en donde se doctoró en Economía, siendo el primer latinoamericano en alcanzar ese grado en esa universidad. De vuelta en Chile, dedicó la mayor parte de su vida a enseñar en la UC o en iniciativas relacionadas con ella. Le gustaba la docencia y la ejercía con pasión y con un sentido de misión.

Muy temprano en su carrera tuvo un traspié que aprovechó para transformarse en el gran docente que fue. En efecto, las primeras evaluaciones que le hicieron sus alumnos fueron muy negativas y el Centro de Alumnos exigió su remoción. El decano Julio Chaná, apreciando el potencial de Ernesto y muy hábilmente, logró en una memorable sesión del Consejo de Facultad darle una nueva oportunidad. A Ernesto le gustaba contar que, golpeado y autoevaluándose, se dio cuenta de que estaba luciendo sus conocimientos en vez de enseñar. Cambió entonces radicalmente el enfoque de sus clases y los resultados fueron óptimos.

Enseñó cursos de Teoría de Precios y Evaluación Social de Proyectos y escribió sendos textos sobre estas materias, de gran difusión en la región. Su rigurosidad docente llegó a ser legendaria. Los gráficos que dibujó en clase utilizando tizas de diversos colores fueron siempre absolutamente perfectos y meridianamente claros, y el lenguaje que utilizó fue, para ponerlo en forma elegante, gráfico, directo y muy popular entre sus alumnos. A fines de los años setenta fue director de la Escuela de Economía y Administración y se dedicó, con el entusiasmo y la precisión que lo caracterizó, a institucionalizar formalmente sus prácticas. Tanto así que el actual reglamento de la Escuela —actualizado, por supuesto— es en gran medida su obra.

A Ernesto también le interesó la cosa pública; al momento de fallecer ejercía como concejal, independiente y electo, de la municipalidad de Las Condes. No obstante, su mayor impacto en este sentido lo tuvieron sus cartas al director y columnas en El Mercurio. En ellas denunciaba, con gran agudeza y lucidez, políticas públicas que —a lo mejor muy bien intencionadas— tenían consecuencias funestas para el país y, en especial, para sus ciudadanos más pobres. Muchas de esas políticas se deben haber modificado por sus críticas. En esos escritos, si no inventó, al menos popularizó a Moya, el ciudadano común y corriente que paga las consecuencias de políticas erradas.

Por todo lo anterior, a Ernesto Fontaine, el gran maestro, lo echamos mucho de menos: sus familiares, amigos, colegas, alumnos, y por supuesto también, Moya.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos relacionados

Contáctanos

Déjanos tus datos y luego nos pondremos en contacto contigo para resolver tus dudas.

Publica aquí

Te invitamos a ser un generador de contenido de nuestra revista. Si tienes un tema en que dialoguen la fe y la razón-cultura, ¡déjanos tus datos y nos pondremos en contacto!

Suscríbete

Si quieres recibir un mail periódico con los contenidos y novedades de la Revista déjanos tus datos.